El Grupo Covadonga trató de alcanzar un acuerdo con la Plataforma de Socios del Centro Asturiano de La Habana para que, al igual que hizo el club, retirase el recurso presentado ante el Tribunal Supremo. No fue posible alcanzar un acuerdo porque la Plataforma ponía unas condiciones que tanto la directiva de Enrique Tamargo como la posterior de Antonio Corripio consideraron inasumibles. Así lo manifestó ayer el abogado del club, Miguel Ron, ante la veintena de socios que acudieron a la reunión informativa previa a la asamblea del próximo día 24.

En esta reunión, además de Ron estuvieron presente los directivos Jesús Blanco y Manuel Rodríguez y el director general del club Jesús Martínez. El objeto del encuentro era aclarar las dudas que pudieran tener los socios sobre la asamblea del jueves, que se convoca para cumplir con la sentencia del Supremo que obliga a repetir todas las celebradas durante el mandato de Tamargo. El Grupo ya celebró una de estas asambleas. En la que ahora toca se someterán a aprobación las correspondientes a los años 2012, 2013, 2014 y 2015 y las decisiones que allí se tomaron.

La inquietud de los participantes en la reunión grupista se centraba en conocer las consecuencias que conllevaría para el club que la asamblea no diera el visto bueno a todo lo aprobado durante esos cuatro años. "Abriría la posibilidad a infinidad de recursos y una laguna de cuatro años en la gestión económica del club", resumió Ron.

En esas asambleas, además de balances de situación y presupuestos, se aprobaron subidas de cuotas, y en el caso de no ser ratificadas en la asamblea del 24 el club quedaría a expensas de que los socios pudieran reclamar la devolución de esas subidas, que en global ascendieron a un 4 por ciento aproximadamente.

Alguno de los socios presentes también se interesó por saber si quedan anuladas decisiones de la anterior directiva que no fueron sometidas a asamblea. En este sentido Ron recordó que la propia sentencia del Supremo hace una salvaguarda sobre aquellas decisiones, sean de asamblea o no, que afecten a terceros que hayan actuado de buena fe. Para uno de los socios presentes repetir las asambleas, "solo va a servir para enconar más la situación" e incluso señaló que no veía "consecuencias practicas de calado" en el hecho de repetirlas.

No ratificar los acuerdos tomados en aquellas asambleas no sólo tendría consecuencias negativas en el aspecto económico. En una de ellas, por ejemplo, se aprobó la creación de la sección de judo. Ron considera que en caso de rechazo la creación de una sección si se podría volver a someter a aprobación de los socios en otra asamblea, pero hasta ese instante los deportistas no podrían representar al club.

"Espero que impere el sentido común y que por encima de intereses personales se tenga en cuenta el bien del club", indicó Miguel Ron. Una opinión que compartieron los presentes aunque no obstante alguno puso en duda que todos los socios actuasen según ese criterio y no movidos por otro tipo de intereses.