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Jove ultima, tras más de año y medio, la apertura del nuevo bloque de consultas

El equipamiento construido, con 37 despachos y salas de pruebas, recibirá pacientes el próximo mes y libera espacios para reformar el viejo edificio

Obras de urbanización de los accesos al nuevo edificio. MARCOS LEÓN

El hospital de Jove está encarando un nuevo hito en su historia: la entrada en funcionamiento de un nuevo edificio de 3.000 metros cuadrados. Un bloque, anexionado al complejo hospitalario, que se lleva construyendo desde hace más de año y medio y que propiciará mucho más que una ampliación de espacios.

Con la apertura, el próximo mes de noviembre, de la "nueva pastilla" que entra a formar parte del complejo de Jove el centro sanitario gijonés ganará los espacios que necesita para agrupar las consultas ambulatorias -ahora más dispersas- "y organizar con los criterios que queremos, y no los que arrastramos por las necesidades de estos últimos años" dicha atención, como explica Laura García Díaz, gerente de Jove. En dicho bloque se han creado 37 espacios de consultas y técnicas -como áreas de extracción o de equipos de diagnóstico-. Espacios más amplios, con circulaciones más racionales y con la visión de dar mejor acomodo y más ágil a una actividad, la que generan la atención ambulatoria, que creció un 20% en los últimos doce años, desde las 91.000 consultas que se veían en 2005 a las casi 118.000 computadas en 2015.

Como segunda ganancia, y no menos importante, la entrada en funcionamiento de dicho edificio dejará libres espacios en el viejo hospital que serán vitales para llevar adelante, durante algo más de un año, la reforma "muy necesaria" de unidades tan sensibles como las Urgencias, Rehabilitación, Farmacia o Laboratorios. Unidades y servicios que adolecían de falta de espacio, reclamaban una remodelación siempre pendiente, estaban desactualizados o tenían nuevos requerimientos que ya urgían. Al final, cuando en 2019 Jove tenga su última gran obra concluida, se habrán invertido unos 10 millones de euros y "se habrá puesto orden a un hospital que, como casi todos, ha ido creciendo a trocitos y ya necesitaba una reorganización para afrontar los años próximos", sostiene la gerente.

Hace semanas que el nuevo bloque de Jove luce con un aspecto como de inminente apertura, aunque lo que queda es probar equipos, comprobar instalaciones y tener claro que el edificio puede ya albergar actividad. También se está ejecutando toda la urbanización aledaña. A principios de noviembre -se espera que pueda ser el primer fin de semana- es la fecha marcada en el calendario de la gerencia para dar comienzo a la mudanza y los traslados de consultas, que se harán en fases y en diversos periodos de fin de semana. Sin transición, ese mismo mes entrarán los pacientes y a continuación se iniciará la actuación en el hospital viejo. Será al menos un año de convivencia de obras y actividad "porque ya no es levantar un edificio y poner ladrillos, que es algo vistoso, sino reformar espacios mientras se mantiene la actividad", explica Laura García.

No hay previsión de reducir ingresos, desviar servicios a otros hospitales o ver mermada, de alguna forma, la actividad concertada que el hospital de Jove tiene con el Servicio de Salud del Principado.

Eso sí, del "viejo hospital" se habrá sacado mucho tránsito de pacientes que eran los que accedían al edificio para consultas que no tenían que ver con un ingreso. A partir de ahora esos pacientes que van a una cita entrarán por el nuevo bloque construido y tendrán, en un espacio concentrado, sus despachos de referencia. Algunos quedarán en la zona "vieja", pero en el radio de acción más próximo a las nuevas plantas construidas. Los pacientes incluso van a tener más accesible una parada de autobús, que es la que se está creando justo ante el nuevo bloque. "Ya tenemos ganas de que se vea, porque estamos ilusionados", reconoce la gerente.

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