Jaume Prohens (Mallorca, 1969) es experto en biotecnología e investigador en mejora vegetal y defensor del uso de especies silvestres como método para obtener nuevas variedades de productos de alto rendimiento. Hoy en día trabaja en el Instituto Universitario de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV), donde investiga posibles acciones que permitan mejorar nuestra alimentación de cara al futuro.
- ¿Cómo afecta el cambio climático a nuestra alimentación?
-El cambio climático va a provocar un cambio en la climatología. Habrá menos precipitaciones, menos agua, mayores temperaturas y esto significará que nuestros cultivos van a estar más estresados. Vamos a tener mayor sequía y mayor estrés de los cultivos por falta de agua. Eso se va a traducir en una disminución importante de la producción y de la estabilidad. Habrá años en los que las producciones van a ser muy bajas.
- ¿En qué medida afectará esto a España?
-Los distintos modelos sobre el cambio climático demuestran que a nivel global España va a ser uno de los países más afectados, con menos precipitación, un aumento de las temperaturas y una disminución más importante de el rendimiento de los cultivos.
- ¿Qué se puede hacer para hacer frente a esto?
-Hay distintas estrategias para conseguir que esto no ocurra o que ese cambio sea menos malo, por decirlo de alguna manera. Es necesario trabajar para obtener variedades de productos que sean resistentes y tolerantes al cambio climático.
-¿Cómo serán estos productos?
-Tienen que ser capaces de utilizar mejor el agua, es decir, que tengan una deficiencia mayor en el uso del agua. Tienen que ser capaces de producir más con menos cantidad de agua y ser capaces de resistir la falta de agua durante ciertos períodos de tiempo.
- ¿En qué consiste el método para obtener nuevas variedades de productos y cultivos?
-Se trata de mezclar las especies silvestres con los cultivos. Muchas de ellas crecen en zonas desérticas o zonas que están sometidas a un estrés por falta de agua. Básicamente consiste en, a partir de cruzamientos, introducir los genes que dan resistencia y tolerancia a la falta de agua en las especies cultivadas, de forma que tengamos especies que sean tolerantes a esa sequía y que utilicen de forma más eficiente el agua. El reto es que con menos litros de agua sean capaces de producir más productos, más cereal, más hortalizas o más productos agrícolas.
- ¿Hasta qué punto se utiliza este método en la agricultura en España?
-En España hay varios programas públicos de mejora genética financiados pensados en la adaptación al cambio climático. Lo que pasa es que no se está explotando al nivel que algunos pensamos que debería estar. Se debería potenciar aún mucho más el tratar de adaptar nuestra agricultura al cambio climático porque es algo que nos va a venir rápido. Además, obtener esas nuevas variedades no es algo inmediato.
- ¿Cuánto tiempo es necesario?
-Se tardan años en obtener una nueva variedad. Si se parte de una especie silvestre hasta que obtenemos una variedad que incorpora esos genes de la especia silvestre pueden pasar perfectamente diez años si empezamos a partir de cero. Si comenzamos a partir de materiales mejorados que ya tienen el fondo genético de la especie cultivada y genes de la especie silvestre este proceso se puede acortar en lugar de diez años a cuatro o cinco años.
- ¿Esto se puede aplicar a todos los cultivos?
-Sí. Nosotros estamos utilizando ahora cultivos de berenjenas, pero este tipo de estrategias se utiliza en todos los cultivos en los cuales hay especies silvestres que se puedan cruzar con ellos, que son la gran mayoría.
- ¿En qué zonas de España se están llevando a cabo estas estrategias?
-En la franja mediterránea se está trabajando con hortalizas y en Andalucía, Castilla León y Aragón se está probando con cultivos de cereales.
