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Churruca, de libro

El historiador Pablo Batalla Cueto traza en "Si cantara el gallo rojo" una biografía social del histórico dirigente comunista y exconcejal gijonés

Jesús Montes Estrada.

De hacer caso a la letra de la canción más popular de Chicho Sánchez Ferlosio, el gallo rojo sólo entrega su cresta cuando está muerto. El historiador y periodista gijonés Pablo Batalla Cueto (1987) ha tomado uno de los versos de ese tema, curiosamente poco radiado en la emisora bajo influencia del PCE al pensar que podía contradecir su política de reconciliación nacional, en el título de una peculiar "biografía social" de Jesús Montes Estrada, también conocido como Churruca. El histórico dirigente del PCE y de CC OO, además de concejal en el Ayuntamiento de Gijón desde 1991 al 2011, se convierte en el hilo conductor de las más de cuatrocientas páginas de "Si cantara el gallo rojo", libro que acaba de editar Trea. Una azacaneada vida que da, al contrastar las decisivas huellas familiares, para contar cien años de pelea y resistencia obreras en una Asturias paradigmática de todos los conflictos de clases, de todas las luchas políticas. El volumen se presentará el próximo lunes, día 6, en la Biblioteca Jovellanos (19.00 horas).

"Insistí siempre a los camaradas, por ejemplo al fallecido Manolo Otones, para que escribieran sus vivencias", dice Churruca. Coherente con esa opinión, aquí ha tenido quien le escriba. "Si cantara el gallo rojo" es la continuación minuciosa, extendida, de una amplia entrevista periodística que Pablo Batalla le había hecho a Montes Estrada. Tuvo tantos lectores y seguimiento en las redes que, finalmente, Churruca aceptó participar en un planteamiento más amplio: "Y es que rechazo el concepto del yo-yo".

"Al final casi ha salido una historia del comunisno asturiano del siglo XX", subraya el historiador. Miradas retrospectivas y también prospectivas. Churruca nació en La Güeria de Carrocera (San Martín del Rey Aurelio) el 4 de abril de 1950. A los 16 años militaba ya en el clandestino y perseguido PCE. Dos años más tarde se instalaba con la familia en Gijón. Trabajador del astillero Marítima del Musel, era uno de los sindicalistas más carismáticos de las movilizaciones contra la reconversión industrial. Fue secretario general de los comunistas gijoneses entre 1995 y 2004; coordinador local de IU desde 1998 a 2012, además de responsable del Metal de CC OO en la comarca desde principios de los ochenta. Ayer, hablando del libro, se veía a sí mismo, como "el heredero de una larga tradición familiar y social revolucionaria: "De ahí que estas páginas sean un recorrido por el siglo XX".

Churruca habla de sus dos abuelos socialistas, Chus Pesetes y Nicasio. Y cómo éstos, igual que otros muchos obreros, participaron en aquella huelga general revolucionara que se convocó en 1917, cuando Rusia se convertía en el primer país comunista de la historia y muchos trabajadores españoles seguían con admiración los acontecimientos de aquellos días que, según John Reed, estremecieron al mundo. Así que Pablo Batalla tira de ese y otro ramal para ver cómo se conforma la conciencia ideológica sobre el trasfondo de los acontecimientos históricos: Revolución del 34, Guerra Civil, larga lucha contra el franquismo, recuperación de las libertades democráticas... A uno de los abuelos de Churruca lo fusilaron, en 1940, en El Sucu.

"He querido escribir un libro también legible fuera de Gijón y de Asturias, con unas cuantas biografías que ayudan a explicar la de Churruca: por ejemplo la de Horacio Fernández Inguanzo (El Paisano) y otros dirigentes comunistas", hace resaltar Pablo Batalla, para quien la vida de su biografiado es muy "interesante" al sumar muchos aspectos de otros luchadores antifranquistas: persona nacida en las Cuencas que desarrolla su vida sindical y política en Gijón; militante que pasó por las cárceles, fue torturado y ocupó cargos institucionales de importancia. "Ofrece muchas perchas para ir colgando otros relatos, porque además conoció a personajes importantes del comunismo del siglo XX", indica el historiador. Y añade: "Ha sido un hombre de partido, muy leal, que supo siempre adaptarse a los cambios de estrategia".

Churruca recordaba ayer que asistió a su primera reunión clandestina, allá en la Güeria de Carrocera y de la mano de Indalecio Castro, cuando tenía sólo 16 años de edad. Su padre, también Chus Pesetes como el abuelo, fue uno de aquellos mineros encuadrados en las disciplinadas y sufridas filas del comunismo español. "Fuimos a una casa abandonada y apareció por allí un paisano; me llamó la atención por lo bien que decía las cosas que todos pensábamos, así que pregunté que quién era". A Churruca le respondieron: "Un paisano". Y no mentían. Fue su encuentro con Horacio Fernández Inguanzo, posiblemente la persona más admirada del comunismo asturiano.

Por las páginas de "Si cantara el gallo rojo" transitan muchos de los protagonistas que sostuvieron la larguísima contienda contra el franquismo: la posguerra, aquella primera huelga minera de 1957 y las posteriores de los años sesenta, cuando una nueva generación de luchadores antifranquistas se incorporó a las filas del PCE. "La Güeria estuvo ocupa militarmente y por los falangistas casi hasta los años sesenta, y no era una excepción en las Cuencas, así que de manera tímida al principio y de manera más abierta, posteriormente, se empezó a recomponer el movimiento obrero", señala.

"He procurado que cada una de las afirmaciones que se hacen en el libro esté acreditada, aunque está escrito desde cierta parcialidad porque comparto esas ideas", avisa Pablo Batalla. Sostiene éste que "Si cantara el gallo rojo" es una fusión de los métodos rigurosos del historiador con otras "herramientas" propias de la literatura y el periodismo: "He querido que el estilo fuera vivo y la lectura agradable".

"Si cantara el gallo rojo" incluye un epílogo en el que Pablo Batalla relata los últimos años de Churruca, una vez dejó sus responsabilidades al frente de la dirección de IU y en la Corporación gijonesa: la muerte de su compañera Asunción Gómez Alonso (Suni), su actividad en la asociación "Lázaro Cárdenas", en la recuperación del "Día de la Cultura" o los sucesos (sufrió una dura agresión policial) que desembocaron en el juicio de los llamados "Nueve del Jovellanos", en el que fue absuelto.

¿Está arrepentido de algo? "Aunque con matices, no me arrepiento de nada; hice lo que había que hacer", responde. Churruca se ve a sí mismo como "alguien de una generación que contribuyó a plantarle cara al franquismo en la lucha por las libertades". Y subraya: "Sigo manteniendo que era necesario rebelarse contra todo aquello, por uno mismo y por el futuro".

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