El cementerio de Ceares, inaugurado en 1876, tiene 30.000 unidades de enterramiento; el de Deva, inaugurado en 1999, ya es referencia para algo más de 8.500 familias, tantas como el número total de fallecidos cuyos restos reposan en el citado camposanto municipal.
"Ha ido incrementando su importancia como necrópolis de referencia en Gijón. Hasta el punto de que este año un 40% de las inhumaciones en los ocho cementerios municipales han tenido este destino", explican portavoces de Cegisa (Cementerios de Gijón S. A.), entidad que gestiona los camposantos de Ceares, Deva, Jove y los más pequeños de las parroquias de Somió, Cabueñes, Cenero, Tremañes y Baldornón.
Los datos del último año demuestran el peso que ha ido cogiendo el cementerio de Deva, donde se realizaron el 30 por ciento de las inhumaciones tradicionales contabilizadas en esos ocho espacios municipales del concejo, y el 43% de las inhumaciones de cenizas.
En total en Deva se recibió el pasado año a 441 fallecidos, algo más del 37% de los que llegaron a reposar en el total de los camposantos municipales. En lo que va de año 2017, con contabilidad hasta final de septiembre, en los ocho cementerios se recibieron 838 inhumaciones, siendo el destino de 333 de ellas el espacio de Deva (139 tradicionales y 194 cenizas). Hace varios años que los porcentajes en este camposanto se han invertido, ganado cada año algún punto más los depósitos de cenizas frente a los enterramientos tradicionales. Por eso mismo, entre las últimas actuaciones llevadas a cabo en los camposantos locales, tiene importancia las inversiones vinculadas a la recepción de cenizas y los homenajes de las familias.
Así, en 2017 se ha completado una ampliación del 400 nichos y además se incorporó otra parcela para la plantación de árboles en lo que se conoce como el Bosque de las Cenizas, donde se da la oportunidad a las familias para plantar un arbol bajo el que queden desositadas las cenizas de los seres queridos.
