"Yo tenía buenas referencias de este señor de luenga barba rubia. Había leído grandes elogios de este paisano de Kruger y vi su retrato colocado en diferentes esquinas de Gijón. Pero ¡qué toreador más peregrino, con qué gracia más transvaalesca sufrió sin número de coladas! Con cuán admirable precisión señalaba una estocada saltando a la piel de la fiera y clavando su estoque ¡en la inocente y sufrida arena! Decididamente es muy divertido este señor bóer que para no aburrirnos se dejó coger varias veces. ¿Qué estuvo mal? No pidamos gollerías. Ahora bien, salvados los deberes de hospitalidad para el representante del Transvaal (conste que yo no creo que sea de Betanzos) le aconsejamos que no vuelva a entrar en el ruedo con la gente de coleta. En el café, bueno... pero en la plaza... Consejo de amigo". ("El Noroeste", 12 de junio de 1905).
"El empresario señor Dindurra, en su noble afán de llevar al coso del Bibio novedades taurinas, anunció con mucha pompa para el 11 de junio de 1905 la presentación de un torero bóer cuyo nombre según los programas era Kregel Basch Lesspes. Era un buen mozo con unas barbas y unos bigotes que nos hacía recordar a los capitanes de los tercios de Flandes, vestía un bonito traje de luces y en vez de la clásica montera se tocaba la cabeza con un sombrero de fieltro con la que parecía más bien un guardia jurado que un súbdito de Transvaal. Fue tan desastrosa su actuación, su jindama e ignorancia no se recuerda en otra plaza, que el público ante este caso insólito terminó por tomárselo a pitorreo. Tan mal quedó en la muerte de los dos xatinos que una de las estocadas dio en la arena, terminando con ellos de una forma peregrina. La 'hazaña' de este bóer perduran grabadas en las memorias de los gijoneses, pues quedó como dicho popular: 'Quedaste peor que El Bóer'". (Del libro "Historia del Gijón taurino", de Fernández del Humedal).
