A expensas de lo que pueda dar de sí la nueva ronda de contactos presupuestarios que ha empezado a convocar para esta semana la edil de Hacienda, Ana Braña, la realidad es que toda posibilidad de aprobación del presupuesto de 2018 está ya fuera de plazo y que la balanza se desequilibra cada vez más hacia la prórroga. Pablo González, edil del PP, acusaba ayer directamente al gobierno de Carmen Moriyón de "tirar la toalla" en la lucha por tener unas cuentas para el año que viene y le retaba a "pactar un presupuesto de mínimos" que garantice el desarrollo en la ciudad de proyectos sociales, de empleo y de inversión pública que considera básicos.

"Lo que no podemos permitir es llegar a una prórroga presupuestaria por desidia. Hay que diseñar un presupuesto de mínimos, pactarlo y aprobarlo", sentenció González. Al tiempo que recordaba a Moriyón y su equipo que "gobiernan para esto". González teme que con una prórroga queden en el aire planes de empleo, ayudas de emergencia o convenios nominativos con entidades, sobre todo del ámbito social, "y se acabe como en otras ocasiones en un mercadeo de una ayuda sí, otra no.".