El hombre acusado de vender sustancias estupefacientes en el local de hostelería en el que trabajaba en Gijón declaró en el día de ayer, en la primera sesión del juicio, que las ventas no se realizaban dentro del local, sino fuera. El encausado, H. E. I., de nacionalidad magrebí, y que lleva desde septiembre del pasado año en prisión preventiva, aseguró en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón, que tomaba los pedidos por teléfono pero que los pases de hachís los realizaba fuera del bar, sito en la calle de la Playa.

Además, H. E. I., aseguró frente al tribunal que "estaba enganchado a la cocaína", hasta el punto de llegar a consumir "tres gramos diarios", por lo que la sustancia incautada era "para consumo propio".

En el juicio declararon tres policías nacionales que estuvieron presentes en el operativo de seguimiento en el que observaron cómo "clientes entraban y salían de los locales tras pocos minutos, sin tiempo para tomar una consumición", aunque aseguraron no saber qué pasaba en el interior.

El encausado declaró vivir en un piso que compartía con tres personas más, entre ellas una de las camareras del local, por lo que "no toda la droga incautada era mía". En total, la Policía prendió, entre los registros realizados en los locales de hostelería, a sus clientes y en el domicilio del acusado, casi 13 kilogramos de hachís y algo más de 30 gramos de cocaína que sumarían un valor de 79.000 euros. La Fiscalía solicita una pena de 7 años y medio de prisión y una multa de 242.000 euros.