A estas alturas del mes de enero a la gerencia del hospital de la Cruz Roja se la encuentra siempre haciendo números y balances. Los correspondientes al año recién cerrado. En esta ocasión, además, a esa realidad se le superponen otros números, los de las inversiones y mejoras que el centro concertado gijonés va a poder llevar a cabo de inmediato gracias a que el Sespa (Servicio de Salud del Principado) ha autorizado para este año un significativo incremento de la financiación.

En 2017 el convenio singular firmado entre la administración sanitaria asturiana y el centro de la calle Uría implicaba una financiación por actividad de 15,3 millones de euros que, al final, se resolvió con un añadido por incremento de actividad que dejó la cifra en 16,3 millones. Para este 2018 el convenio que se publicará en el BOPA reconoce de partida una financiación próxima a los 17 millones de euros.

"Estamos muy contentos y agradecidos al Sespa porque se hayan reconocido los costes reales de la prestación del servicio de geriatría, donde había un desfase importante que nos impedía tener tranquilidad para el futuro", explica el gerente del hospital de Cruz Roja, Pedro Herce.

Cruz Roja tiene el servicio de referencia de geriatría del área V, con una previsión de ingresos anual de 1.500 pacientes. Sin embargo, cada año el perfil del enfermo geriátrico ha derivado hacia derroteros alejados del anciano institucionalizado con necesidad de cuidados básicos. En 2017 fueron 1.564 los pacientes que pasaron por dicho servicio -incluído el programa de ortogeriatría que recibe a pacientes con fracturas de cadera que son derivados directamente desde Cabueñes para ser intervenidos-, con una media de estancia de 16 días y un perfil de enfermo agudo derivado en un 75% de los casos directamente desde las urgencias de los centros sanitarios.

Según los cálculos de Cruz Roja, el coste generado por cada paciente de geriatría en su centro es de 4.024 euros, un coste que hasta ahora no tenía ese reflejo en las cuentas del Sespa. "El 30% de nuestra financiación pública está asociada a este programa, pero para nosotros suponía el 35% de los costes. Haber podido equilibrar ese ingreso es importante para nuestro futuro", explicó ayer Pedro Herce.

Otra de las actividades básicas que realiza Cruz Roja es la que tiene que ver con la cirugía derivada principalmente de Cabueñes, aunque también de otros hospitales. Una cirugía que se lleva más del 45% de la financiación anual. Si el pacto de actividad del 2017 era para resolver casi 7.000 operaciones del Sespa, la previsión se quedó ligeramente a la baja, con 6.662 intervenciones quirúrgicas resueltas. La principal diferencia con respecto a otros años, y donde estuvo el gran argumento para la caída, está en el menor número de cataratas que se derivaron de Cabueñes -cerca de 1.000 casos menos-, que en el hospital se asocia a nuevos criterios del servicio de Oftalmología de Cabueñes para realizar con sus propios medios más cataratas de las que se hacían.

Cruz Roja fija su techo quirúrgico en unas 8.000 operaciones, que ya hicieron algún año, con sus cinco quirófanos a doble turno. "El año pasado hemos cambiado procesos de menor complejidad por otros de mayor complejidad y más facturación; estamos satisfechos de que nuestro nivel de ocupación de quirófanos haya sido del 77%, que es un buen dato. Creo que somos eficientes y se nos puede utilizar más", comentó el gerente, sobre todo pensando en las necesidades que pueda tener Cabueñes cuando comience su gran obra de ampliación.

Por lo que respecta a las "alegrías" que permitirá la nueva financiación, se prevén inversiones por valor de 590.000 euros, principalmente en dos mamógrafos digitales, y se tomarán medidas para reforzar el personal y subir el precio de las guardias médicas.