El pequeño Ismael vive en Chad, en una pequeña comunidad del corazón de África que apenas cuenta con agua potable. Él, además, tiene una dolencia en un pie que le impide caminar y saltar como el resto de niños. Pero su problema tiene las horas contadas gracias a la labor de siete colegios y parroquias que ayer participaron en el Festival de la canción misionera. Una cita que tuvo lugar en el Colegio Patronato San José y en la que se recaudaron los 500 euros necesarios para costear la intervención del pequeño, su estancia hospitalaria junto a su madre y la manutención de ambos durante el ingreso.

Los 179 niños procedentes de varios centros religiosos que se juntaron en Gijón dedicaron buena parte de la jornada a la canción con un trasfondo solidario. Porque, además de poner letra y música a lo que ellos piensan que son las misiones hoy en día, consiguieron recaudar el dinero necesario para Ismael. "Se trata de marcarse objetivos pequeños y concretos, de manera que cada niño pueda participar en la medida de sus posibilidades y se pueda conseguir lo que se proponen, nada les hace más ilusión", señalaban ayer Carmen García y Martina González, del grupo de Misiones y coordinadoras del evento.

La música fue sólo la excusa para llenar la jornada de alegría y solidaridad. Al final hubo premio para todos: la parroquia de San Lorenzo de Gijón por ser los más fieles al mensaje; el Patronato San José, a la mejor coreografía y vestuario; la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Mieres, a la mejor interpretación; la parroquia de San Pedro de Gijón, a la mejor música; la parroquia Santa María de Noreña, al espíritu misionero; al colegio Corazón de María de Gijón a la mejor letra y al colegio Nuestra Señora del Buen Consejo de Avilés, a la mejor canción. Y el premio gordo fue para el pequeño Ismael, que podrá ser un niño normal gracias a la música de un país lejano.