Un puñado de clips, folios, pajitas y algunas pinzas pueden servir para viajar por la Luna. Esa fue la tarea a la que se aplicaron ayer un centenar de alumnos de la ESO de toda Asturias en la segunda edición de la Friendly Competition organizada por la multinacional Sacyr Fluor en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. Un concurso para desarrollar el ingenio de los jóvenes estudiantes y una forma de despertar vocaciones entre los futuros universitarios que, sobre todo, sirvió para poner a prueba la imaginación.

Y no lo tenían fácil, porque el reto consistió en crear, con material de oficina, un artefacto a escala impulsado por aire comprimido para transportar material científico en la Luna. O lo que es lo mismo, un pequeño vehículo capaz de transportar un puñado de céntimos de euro durante unos segundos. Para ello los alumnos sólo pudieron usar papel de diferentes gramajes, celo adhesivo, pinzas, lapiceros, clips, bolígrafos gomas elásticas, chinchetas, vasos de plástico, pajita y globos, cuanto menos material mejor.

"Sencillo", como señalaba el equipo del colegio gijonés de La Asunción compuesto por Celia Matías, Carolina Lambás y Rocío Morís, todas ellas de segundo de la ESO. Porque, como explicaban mientras enrollaban folios y recortaban vasos, "lo hemos ensayado muchas veces en clase y nuestro vehículo funciona muy bien". Para ello, diseñaron ejes de papel de folio y ruedas de plástico de los vasos, con un globo para impulsar el vehículo con aire. "Creemos que nos va a salir bien la prueba", vaticinaban las estudiantes en plena prueba de construcción.

Como ellas, un grupo de estudiantes del IES Peñamayor de Nava también se daban prisa en recortar, doblar y pegar su material para conseguir un transporte lunar. "A ver cómo sale, lo hemos probado varias veces y esperamos que funcione", confesaban Pelayo López, David García, Raúl Alonso y Daniel Fernández al inicio del concurso. Por motivación y esfuerzo no será, como señalaba su profesora de Tecnología, María Luz Rojas. Porque en los últimos días los chavales han echado el resto arañando horas a los recreos y al tiempo de la comida, "lo que ha supuesto para ellos una tarea extra porque muchos viven en pueblos y no es fácil poder coordinarse".

En el IES Marqués de Casariego de Tapia también han hecho horas extra para tener a punto el transporte espacial, aunque "no siempre nos ha salido bien en las pruebas". Luis Erigoyen, Miguel Alonso, Daniel Barrera y Jorge Barcia esperaban, al menos, "que aquí seamos capaces de llevar la carga sin problemas" mientras preparaban un chasis con bolígrafos para un vehículo de tres ruedas.

En total participaron 25 equipos procedentes de Nava, Mieres, Pola de Siero, Candás, Tapia, Oviedo, Llanera y Gijón en una competición en la que hubo distinciones para todos. Sobre todo, la de poder ser ingenieros por un día.