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MANUEL CAÑETE | Presidente del Foro de la Movilidad y de la Asociación de Vecinos de El Polígono

"La relación con el Ayuntamiento parece muy cordial, pero en realidad nos ningunean"

"Gijón no se entiende sin los movimientos vecinales; los ciudadanos tienen que ser el revulsivo político de la ciudad"

Manuel Cañete, en el barrio de El Polígono, cuya Federación vecinal preside. MARCOS LEÓN

Manuel Cañete (Mieres, 1960) lleva media vida luchando por ennoblecer el movimiento vecinal en Gijón. Ahora, como presidente de la asociación de vecinos "Evaristo San Miguel" de El Polígono y presidente del Foro de la Movilidad. Anteriormente, hasta hace apenas unos días, como vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos. Ahora, decide dar un paso a un lado, como hiciera hace años cediendo el testigo de la presidencia de la FAV de Tita Caravera a Adrián Arias, en favor del futuro de la Federación.

- ¿Qué le llevó a dar este paso a un lado?

-Hay que apartarse, los cargos son meramente representativos. Lo importante es que haya un compromiso de toda la gente que estamos ahí para seguir tirando para adelante con la Federación. Los cargos tienen un compromiso y una carga de trabajo enorme. Creo que ya cubrí una etapa trascendental en el movimiento vecinal, para volver a poner a los vecinos en el sitio que merecen y llega el momento de dejar hueco. Es fundamental dejar sitio y arropar. Adrián va a tener un equipazo de trabajo, con muchas ganas y, además, con gente joven.

- ¿Cómo ha cambiado el movimiento vecinal en Gijón?

-No se entiende la ciudad de Gijón hoy en día sin los movimientos vecinales y la capacidad de empuje que siempre tuvieron, sobre todo en su nacimiento. Luego llegó una sensación de que los movimientos vecinales habían tocado techo, después de llegar ese cambio a la ciudad que queríamos. Llegó la época del apoltronamiento, del adormecimiento, con un periodo desalentador alrededor de 2010. Las asociaciones de vecinos tienen que ser, a través de los ciudadanos, el revulsivo político de una ciudad. Ahora estamos en otra fase, en la que decimos "aquí estamos, sabemos cuál es nuestra tarea y queremos participar". Estamos en la época de empoderarnos y participar de verdad.

- Precisamente ahora, la nueva directiva de la FAV creó un nuevo área de Participación.

-Efectivamente, con Christian Rodil a la cabeza, que tiene una gran experiencia. Creo que es fundamental, ya llevábamos mucho tiempo hablándolo. Se nos está exigiendo que propongamos ideas de participación y lo vamos a hacer. Hemos tomado la decisión de no ir a los consejos de distrito porque se ha demostrado que no valen para nada, no nos dejan participar como entendemos que debemos hacerlo. Más de un 30% de la obra acordada no se ha realizado y se va a perder. Estamos hablando de millones de euros que no se invierten. Eso es empobrecimiento para la ciudad.

- La nueva directiva cuenta con gente muy joven. ¿Está garantizado el relevo generacional?

-El relevo generacional en el movimiento vecinal es muy difícil. Si un chaval llega con fuerza, picando a la puerta, no puedes decirle que no hay sitio. Hay que dejarles hacer, no podemos estar continuamente encima porque se van. Lo de Adrián fue un revulsivo: aparecer un chaval joven en aquella época, es algo que hasta choca. Mucha gente entendía que yo era el relevo natural de Tita, pero cuando vi que esa realidad existía, quise apostar por un cambio y darle ese espacio a él.

- ¿Cuáles son los principales retos que se encuentra ahora el movimiento vecinal?

-Hay que ahondar en los procesos de participación, recuperar los consejos de distrito como herramienta fundamental de participación, no para usurpar el poder de los partidos, sino para aportar. El movimiento vecinal no es un espacio crítico per se, sino un espacio que tiene que aportar ideas. Teniendo cubiertas las necesidades básicas de salubridad o iluminación, falta la parte social. La gente está mucho más empobrecida que hace unos años. Ahí tenemos que arrimarnos. No nos hemos implicado lo suficiente por ejemplo en el tema de los desahucios o la pobreza energética.

- Hábleme sobre el plan de movilidad, como presidente del Foro

-Tiene una gran importancia el hecho de que el pleno municipal acuerde crear un instrumento como el Foro, que nace como un ágora de debate permanente más allá del propio plan de movilidad. Hay entidades que llevamos muchos años peleando por un organismo como este. Tenemos que acertar cuál es el futuro de la movilidad de Gijón y para ello es importante que haya una transversalidad con el plan general de ordenación urbana porque según diseñemos las ciudades, así nos moveremos. Queremos ganar espacio para el peatón, recuperar la convivencia. Además, en Gijón hay alrededor de 150.000 vehículos y eso conlleva mucha contaminación. Tenemos que hacer una sensibilización muy fuerte para cambiar el chip. Lo que sí exijo a los políticos es que acometan lo que se acuerde, que no están solo para mirar a las urnas cada cuatro años, si no para hacer cosas.

- Hablando de hacer cosas, el plan de vías. Tras casi dos décadas, todo sigue igual.

-Es tremendo que llevemos 18 años de un acuerdo que iba a cambiar el futuro de la ciudad de Gijón y estemos peor, con una estación provisional, un "solarón" abandonado y un túnel que ha costado 130 millones de euros y que está inundado, que demuestra que la administración no mira nada para él. Nos han estado tomando el pelo muchos años. Yo ya confío lo justo. Me temo muy mucho que va a hacer falta mucha movilización para lograr un proyecto serio.

- La sanidad está cobrando una gran importancia en la Federación.

-La valoración que los ciudadanos hacen de la sanidad cada vez es peor, y eso es peligroso. Está claro que algo está pasando. Se nos está vendiendo la mejora de la asistencia sanitaria en megahospitales, a base de cerrar centros de proximidad. Tenemos mucho miedo a que todo se aglutine en Cabueñes o en el HUCA, aunque sean muy buenos centros. El médico de proximidad ya casi no existe. Y a cambio, no estamos viendo un servicio de salud mucho más eficiente, que es lo que nos prometieron. Las esperas no dejan de aumentar. Ir a un centro de salud y tirarte allí tres horas quiere decir que algo se está haciendo mal.

- ¿Cómo ha sido la relación con el Ayuntamiento durante estos años?

-Con Carmen Moriyón, que es con quien más he tratado, hay una relación cordial, pero falta mucha comunicación, transversalidad entre las concejalías. Unos por otros, la casa sin barrer. A pesar de nuestra implicación, llega la hora de la verdad y los proyectos no se ponen en marcha. La relación parece muy cordial pero luego la realidad es que nos ningunean.

- ¿Cuáles son las grandes conquistas que ha realizado el movimiento vecinal desde que forma parte de él?

-Una muy importante es estar a gusto con nosotros mismos. Hemos recuperado la normalidad, hemos sabido eliminar muchas diferencias y cuando toca salir a la calle a denunciar, lo hacemos con voces únicas. Lo mejor que podemos decir es que hemos vuelto a recuperar ese status de respeto social.

- ¿Hacia dónde va su futuro?

-Esto no es un adiós. Voy a seguir en la Federación, trabajando, colaborando, exactamente igual de involucrado, en todas las reuniones habidas y por haber. El movimiento vecinal es un compromiso de por vida.

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