Jugó al escondite durante un año, pero la partida acabó entre rejas. Agentes de la Policía Nacional han detenido a un gijonés de 31 años, ya interno en el Centro Penitenciario de Asturias, tras ocultarse doce meses en casa de distintos familiares para eludir la justicia. Tenía vigentes siete reclamaciones, tres de ellas de juzgados gijoneses que ordenaban su ingreso en prisión. El arrestado, que permanecía escondido en casa de su pareja, fue localizado al acudir a un centro de salud para tratar una enfermedad.

El joven contaba con un amplio historial delictivo por infracciones contra el patrimonio, resistencia y atentado a los agentes de la autoridad. A ellos se enfrentaba, según el relato de la Policía Nacional, de forma muy violenta cada vez que era interceptado. Incluso en alguna ocasión llegó a amenazar a los agentes con un arma blanca que solía portar entre sus ropas. Esta vez la merma de sus facultades físicas hizo que se mostrara colaborador, lo que facilitó la realización de los trámites y su traslado inmediato al Centro Penitenciario de Asturias.

En la vivienda de su novia

El detenido, consciente de los requerimientos judiciales y para impedir su detención, se dio a la fuga durante un año, aunque sin abandonar la ciudad. Dejó su domicilio y durante los últimos doce meses anduvo cambiando de casa pasando por los domicilios de varios familiares. Hasta su arresto esta semana, vivía en el piso de su novia.