José Antonio Roncero, considerado como el precursor del balonmano en Asturias y que falleció en diciembre del 2016, tiene desde ayer un pequeño parque con su nombre situado en las inmediaciones del colegio Corazón de María centro del que fuera profesor durante casi cuatro décadas. "Profesor, seleccionador nacional y entrenador de balonmano, figura histórica de la ciudad de Gijón en el siglo XX. La Villa de Jovellanos honra su memoria por su trayectoria en el mundo del deporte y la docencia", señala la placa que perpetúa el recuerdo en esta singular cancha-jardín.

En la inauguración del parque estuvieron presentes las tres hijas de Ronces, Lola, Mónica y Lorena, sus nietos Diego y Laura y algunos de los jugadores que tuvo a sus órdenes tanto en el Grupo Covadonga como en la selección nacional, como Meana o De la Puente, además de entrenadores como Ignacio Sendín, la alcaldesa Carmen Moriyón y buena parte de la corporación. Tampoco faltó el exvicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, quien fuera jugador de balonmano a las órdenes de Roncero, así como el presidente de la Federación Asturiana de Balonmano, Manuel de la Cámara, el presidente del Grupo Covadonga, Antonio Corripio, y un buen número de ex alumnos y compañeros suyos en su etapa como profesor del Codema. No faltó otro de los precursores del balonmano en el Corazón de María, el padre Corral o el padre Villanueva que a sus 95 años es ejemplo de vitalidad.

En su intervención la alcaldesa recordó su amplia trayectoria deportiva que va "desde la faceta de formación a la de seleccionador nacional" y destacó su "tenaz esfuerzo en contribuir a la mejora del nivel deportivo en Asturias así como su capacidad organizativa y de liderazgo". Moriyón definió a Roncero como "el padre del balonmano en Asturias que ha dejado su legado a muchos hijos", le puso como ejemplo para actuales y futuras generaciones y afirmó que "Gijón le debe mucho a José Antonio Roncero". Una manera de reconocer su trayectoria tanto deportiva como humana es dedicándole este parque.

En representación de la familia intervino su hija Mónica quien tras agradecer al Ayuntamiento que le dedicasen a su padre este espacio público destacó "las cualidades humanas" de un hombre que definió como una persona "honesta, generosa, amigo de sus amigos y siempre dispuesto a ayudar".

Antonio Corripio, presidente del Grupo Covadonga, club que entrenó en la División de Honor y del que también fue director deportivo, resaltó que "siempre formará parte de la familia grupista y su legado seguirá vivo en el club" y afirmó que "hombres como Roncero son los que marcan el camino a seguir". Según Corripio "al mirar el pasado es cuando somos conscientes de dónde venimos y del mérito que tuvieron pioneros como Roncero" y prometió "mantener vivo el espíritu que él siempre defendió".

Con Corripio estuvo parte de su directiva, el expresidente Janel Cuesta así como Agustín Antuña, memora viva del deporte local o la exconcejala de Deportes María Teresa Ordiz. Por parte del Corazón de María tomó la palabra su director Simón Cortina para quien "es un deber y una necesidad en una sociedad que necesita crecer con madurez, referencias como la figura de José Antonio Roncero". Cortina, que estuvo acompañado por una pequeña representación de los alumnos, alabó la trayectoria deportiva y humana del homenajeado que a partir de ayer quedará unido al callejero de la ciudad dando nombre a un pequeño parque situado en una zona que frecuentó toda su vida. Será su cancha verde.