La Policía Nacional detuvo a una gijonesa de 29 años acusada de sustraer un móvil en un centro de estética donde fue a realizarse la manicura y ponerse uñas de gel. Durante el trabajo, la mujer solicitó en dos ocasiones ir al lavabo en el que permaneció varios minutos. Tras acabar el tratamiento, se dispuso a pagar pero no tenía suficiente dinero por lo que se excusó para ausentarse del centro e ir a por efectivo a un cajero automático. Pasados varios minutos sin que la cliente regresara con el dinero del tratamiento -25 euros- la propietaria del local empezó a sospechar que había sido engañada. En ese momento también se percató de que la música del centro había dejado de sonar ya que estaba conectada con su teléfono móvil, valorado en casi 700 euros, que había sido sustraído por la mujer.