Los agentes de la Policía Local de Gijón ya no pueden esperar más tiempo por una nueva comisaría. Principalmente, para evitar una tragedia como la que estuvo a punto de ocurrir en la pasada madrugada, cuando se vino abajo un trozo de la cornisa del lateral exterior izquierdo de la fachada principal de la Jefatura, en la calle San José. "Si le cae a alguien encima le mata, de hecho, fue un compañero que acababa de pasar por debajo el que se enteró y avisó de lo ocurrido; así no podemos seguir", denuncia Ildefonso Rodríguez del Río, secretario general del Sindicato Independiente Policía Local de Asturias (Sipla).

El incidente ocurrió sobre la 1.25 de la madrugada y fue necesaria la intervención de los bomberos para retirar los cascotes caídos y asegurar la zona, sin que esto fuera óbice para posteriores revisiones. Lejos de parecer un incidente aislado es algo que desde el Sipla llevan tiempo denunciando. "La Jefatura se nos cae a cachos", advierte Ildefonso Rodríguez, que en el Pleno ordinario del mes de abril urgió a los munícipes a tomar medidas para poner en marcha la nueva comisaría de la Policía Local y dotarla de presupuesto. Una sede que se ubicará en una parcela situada justo detrás del Palacio de Justicia y que la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, lleva años prometiendo a los agentes en cada festividad de San Miguel Arcángel, patrono del cuerpo, sin que se haya colocado piedra alguna todavía.

Su intervención en el Pleno sirvió para una modificación presupuestaria que destinará 200.000 euros a la construcción de la nueva sede. "Esa cantidad solo dará para hacer el agujero", reflexiona. "En el mejor de los casos, las obras tardarán cuatro años, salvo que destinen más dinero; es algo muy urgente", asegura.

La caída de cascotes no son el único problema de este edificio catalogado, lo que impide cualquier obra o reforma. "La Jefatura no tiene el perímetro de seguridad que marca la ley, los coches patrulla duermen en la calle porque no hay sitio para aparcarlos en el garaje; allí sólo están las motos, pero, como el garaje no tiene salida de humos, tenemos que sacarlas arrastras para arrancarlas en la calle", describe Ildefonso Rodríguez. Todavía hay más adversidades. Disponen de 200 taquillas que "no cumplen con la prevención de riesgos laborales" y sólo tienen dos duchas. Además, la Comisaría tampoco cumple con la ley de barreras arquitectónicas. "Un minusválido no puede acceder a la Jefatura", asegura Rodríguez. La solución no puede demorarse más.