"No es una cuestión de dinero, es una cuestión de humanidad". Esa es la frase que ayer repetían, como un mantra, los vecinos del poblado minero de La Camocha, en la movilización que llevaron a cabo para cortar, de manera pacífica, la carretera AS-248, a mediodía. Este es un paso más en la lucha que les tiene en liza con la administradora concursal de Mina La Camocha, que reclama a cerca de 40 vecinos la compra de las viviendas en las que habitan desde hace décadas para no ser desahuciados. Los vecinos abogan por poder mantener su actual régimen de arrendamiento o, en caso de llegar a adquirirlas, que sea a un precio razonable.

"Hay una incongruencia total y absoluta: el perito judicial hizo una valoración de un importe de 90.000 o 100.000 euros y el juez de la concursal rebajó el precio un 50%, pero sigue siendo una cantidad excesiva. Es impensable, ridículo, viviendas que tienen más de 50 años, y 50 metros cuadrados, es algo abusivo, no tiene ese precio ni una vivienda del centro de Gijón", se quejaba ayer el presidente de la asociación de vecinos Vega-La Camocha, Herminio Torre Baragaño, "son personas que llevan viviendo ahí cincuenta y tantos años, que nacieron en esas casas, y de la noche a la mañana, por la mala gestión de un empresario como el de Camocha, hay esta debacle".

"Una injusticia total y absoluta"

Torre fue más allá: "nos parece una injusticia total y absoluta, apelamos a la sensatez, a la cordura y a la humanidad. La concursal tiene que hacer su función, pero se puede llegar a un acuerdo para comprar las viviendas a un precio justo, acorde a los ingresos de estas personas, o dejarlas para que puedan continuar de renta".

En suma, son 37 las personas afectadas, familiares de mineros, aunque ayer salieron a la calle muchas más. Una de ellas fue Luis Menéndez Fernández. "No es una cuestión de dinero, son cincuenta años que la gente lleva ahí. Son muchas experiencias, muchas vivencias: muertes, nacimientos", relataba ayer el afectado, "hay mucha gente mayor, que lleva tiempo viviendo ahí, son una piña, es algo humano".

Otro de los afectados, Aquilino Díaz, se mostraba más combativo. "Si alguien lo llevó -en referencia a los dineros de la explotación minera-, que lo devuelva, pero que no exploten a cuatro viejos que estamos ahí, que ya no valemos para nada", enfatizó el vecino, "ahora nos vienen con estas, nos piden un dinero que no lo valen las casas, unos inmuebles que estarían abandonadas si no fuera por nosotros. No aceptamos sus condiciones, es imposible. Pedimos que nos den una solución real, que valoren el precio que tienen las viviendas, no lo que ellos quieran, un precio justo". La movilización transcurrió sin incidentes, fue "algo simbólico, para que Gijón y el resto de Asturias supiese de la situación que están viviendo estos vecinos", en palabras de Torre.