El fotógrafo boliviano Fernando Miranda (La Paz, 1970) inauguró ayer en Lomography Embassy la exposición "Pequeña Urubamba", una muestra sobre su trabajo en la citada provincia peruana, una de las trece que forman el departamento de Cuzco y en la que vive una importante comunidad tradicional: abundan, por ejemplo, las casas de adobe.

"Lo más importante para un fotógrafo es poder plasmar en imágenes todo aquello que observa, vive y siente a través de su lente, pero también creo que más importante aún son las vivencias y recuerdos que quedan y que difícilmente se disipan", ha dicho este fotógrafo que trabaja también como fotorreportero para distintos medios, entre ellos la agencia londinense Demotix.

Fernando Miranda, que ha realizado sesiones fotográficas al presidente boliviano, Evo Morales, aprovechó ayer su estancia en Gijón para ofrecer una clase sobre su concepción de la fotografía. También habló de algunos de sus proyectos más relevantes. Es un autor de gran proyección en su país por la mirada etnográfica y documental que imprime a la mayor parte de sus imágenes.

Y un fotógrafo que comenzó, además, de manera autodidacta cuando aún no había cumplido los veinte años. Discípulo después de Juan Laguna, estudió también con la pintora y fotógrafa Pirucha Ginefra o con el argentino (Fernando Miranda se asentó el Buenos Aires a partir de 1985) Juan Travnik. Ha impartido clases de fotografía en el colegio Ceferino Namuncurá (Buenos Aires). En los últimos años ha colaborado con el Museo Nacional de Etnografía y Folklore. Es autor de diversas publicaciones en las que ha dado a conocer su obra.