El Ministerio de Fomento está realizando en estos momentos los trámites previos para decidir si admite o no un modificado del proyecto del primer tramo de los accesos al puerto del El Musel, obra consistente en el desdoblamiento de la carretera AS-19 entre el enlace de Lloreda y el semienlace de Veriña.

La aparición de canalizaciones y otros servicios afectados por la obra, que no estaban incluidos en el proyecto realizado por la firma Intraesa, son los que han bloqueado el avance de los trabajo, adjudicados a la Unión Temporal de Empresas formada por Sando y Comsa en 33,08 millones de euros.

Un modificado del proyecto significa asumir sobrecostes en la obra. Aunque desde el Ministerio de Fomento no especifica cuál sería la alternativa a esa modificación, la única que cabe es la rescisión del contrato y volver a licitar los trabajos. Eso último es precisamente lo que hizo el Principado de Asturias ante un problema similar surgido en la obra del primer acceso de la Zalia, entre la zona logística de San Andrés de los Tacones y los enlaces de El Musel con los que esa carretera entroncará a la altura del polígono de La Peñona.

La obra del primer tramo de los accesos a El Musel, el desdoblamiento de 3,46 kilómetros de la AS-19, comenzó el 8 de julio del año pasado, fecha en la que el Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, colocó la primera piedra. Los trabajos para convertir esta carretera en una vía de alta capacidad comenzaron ocho años después de la fecha que inicialmente se había previsto para que el tramo hubiera entrado en servicio, en el año 2009. La idea inicial era contar con los accesos a El Musel y a la Zalia ya construidos cuando concluyera la obra de ampliación portuaria. Al menos así se había anunciado en 2005.

Por el tramo de carretera que se va a desdoblar pasan a diario 18.000 vehículos, de los que 2.000 son pesados. La futura autovía tendrá dos carriles de 3,5 metros para cada sentido y el límite de velocidad en la misma será de 80 kilómetros por hora.