Fueron, según el cronista Julio Puente, diez minutos de vendaval azul que bastó para decidir el partido, y eso que Abelardo había adelantado a los rojiblancos, y es que "el Oviedo no perdonó sus ocasiones, de Carlos, al principio del segundo tiempo en un partido que demostró que la rivalidad regional sigue viva, y bien viva". Al final de esa temporada, en Primera División, el Oviedo quedó en el puesto 16.º y el Sporting en el décimo segundo.