Un programa de renta social con garantías de continuidad en el tiempo, estable y al margen de discusiones políticas generadas por las discrepancias que se puedan dar entre los actuales grupos de la Corporación con el agravante de la cercanía de las próximas elecciones municipales. Eso es lo que reivindica la Unión de Comerciantes en su defensa de la importancia de la renta social para el pequeño comercio de la ciudad. Las cifras son claras. Las ventas pagadas entre agosto de 2017 y el miércoles con la tarjeta de compras que se da a los beneficiarios de la renta social han dejado en las cajas registradoras de los comercios adheridos un total de 3.342.051,47 euros.

Y no sólo se trata de dinero. La Unión de Comerciantes tiene constancia de que el programa de renta social ha permitido a muchos comercios coger aire en momentos duros favoreciendo desde hacer frente a préstamos a evitar despidos de personal e incluso cierres. La Unión acaba de iniciar un estudio entre los cerca de 300 negocios adheridos para analizar los efectos de la renta social en la gestión de esas empresas.

De todas esas cosas habló una delegación de la Unión de Comerciantes, encabezada por el presidente Germán Heredia junto a la vicepresidenta Sara Menéndez y la gerente Carmen Moreno, con los ediles de Xixón Sí Puede Mario Suárez del Fueyo y Estefanía Puente.

"Hemos coincidido en una cuestión muy clara: la renta social tiene que seguir y tiene que garantizarse su continuidad en el tiempo", sentenció Puente, reivindicando esa capacidad de dinamización económica que conlleva el programa social. Una continuidad que el gobierno de Foro considera asegurada pero que ahora mismo depende de ajustes en el presupuesto de la Fundación Municipal de Servicios Sociales para poder dotar de recursos esa partida. Lo que ha dejado muy claro Foro es que no se repetirán los más de cinco millones que la renta social tuvo en 2017 gracias a la suma de remanentes al presupuesto inicial de 3,2 millones. El presupuesto de este año partió con esos mismos 3,2 millones de los que más de uno están ya comprometidos con las tarjetas emitidas el pasado ejercicio. Eso lleva a Foro a calcular que una nueva convocatoria de la ayuda tenga una dotación de entre 1,6 y 2 millones. Incorporando además una nueva línea de ayudas energéticas, que antes tenía su propio programa en la Fundación de Servicios Sociales.

Xixón Sí Puede quiere ya una primera convocatoria para llegar a quienes no alcanzaron la renta social en 2017 y una segunda con mayor dotación económica a finales de año que es cuando, mayoritariamente, van a caducar las tarjetas anuales concedidas en el pasado ejercicio. "No puede haber una renta social con menos de 3,5 millones al año", aseguraba Suárez del Fueyo haciendo suyos los datos de gasto real contabilizados por la Unión.