El ciento cincuenta aniversario del establecimiento de relaciones entre España y Japón, efeméride que vertebra el amplio encuentro cultural que viene celebrándose en Gijón desde el pasado 28 de mayo, permite poner el foco sobre asuntos hasta ahora poco conocidos. Entre ambos países ha existido una relación histórica más intensa de lo que pudiera parecer. "Durante tres años tuvieron una frontera común, aunque hoy nos parezca extraño; hay una larga vinculación", explicó ayer Yayoi Kawamura. Un límite entre los imperios nipón e hispánico que los representantes diplomáticos de ambas potencias fijaron en Taiwán, la antigua Formosa. Un tratado que se firmó en 1895 y quedó convertido en papel mojado en 1898, con la guerra hispano-estadounidense y el "desastre" que supuso para los españoles la pérdida de Cuba y Filipinas.

Fue uno de los subrayados que hizo ayer la profesora de la Universidad de Oviedo en una documentada conferencia sobre la apertura al mundo de Japón. Y cómo el arte se convirtió, desde la Exposición Universal de Londres en 1865 (también con las de París, Viena o Barcelona), en excelente embajada de las calidades de la cultura nipona. El "japonismo" -la mirada occidental hacia las manifestaciones culturales japonesas- es rastreable en artistas de tanta potencia como Van Gogh, Whistler o el español Mariano Fortuny. "Captó muy pronto, en 1874, la moda japonesa", aseguró Yayoi Kawamura. Un ejemplo es el cuadro "Los hijos del pintor en el salón japonés". Otro extraordinario botón de ese nexo es una colección de fotos que conserva el Muséu del Pueblu d'Asturies. "Asturianos en el Imperio del Sol Naciente. Japón a través de los fotógrafos Jesús y Juan Galé (1880-1927)" se expuso en el 2014.

Yayoi Kawamura, que describió Gijón como una ciudad "abierta" que ya en 1996 acogió otro encuentro cultural entre España y Japón, señaló que el país nipón abrió sus puertas al mundo en 1868. Es el año de la caída del régimen feudal de los Tokugawa y el regreso de la dinastía Meiji. Un cambio que había ayudado a forzar Estados Unidos con la expedición del comodoro Perry a la bahía de Edo, lo que hoy es Tokio. "Japón permaneció cerrado al mundo durante más de doscientos años", recordó la profesora. España mantenía desde mucho antes relaciones con Japón.

Desde la base México partían galeones con evangelizadores jesuitas y franciscanos: "Los mandatarios optan por proteger al budismo frente al cristianismo, y en 1639 expulsan a los misioneros". Son los años de las persecuciones y martirios. Japón sólo permitió el comercio con un puñado de holandeses. Y siempre en Dejima, una isla artificial de la bahía de Nagasaki. La llegada de los Meiji supuso, a partir de 1854, el establecimiento de relaciones diplomáticas con Occidente.