Bruselas

Tanto la Comisión Europea como la Eurocámara condenaron ayer sin paliativos los ataques xenófobos que se han perpetrado en Italia contra campamentos de gitanos rumanos.

Los principales grupos del Parlamento europeo expresaron su rechazo a los ataques en un debate agitado en el que un extremista italiano llegó a pedir la creación de un Estado para esa minoría.

El debate lo abrió el comisario europeo de Asuntos Sociales, el socialista checo Vladimir Spidla, quien condenó «todo ataque xenófobo y racista» y, sin aludir expresamente al Gobierno de Berlusconi, recordó que las autoridades nacionales deben investigar este tipo de actos y castigar a quienes los inciten.

En cuanto a las medidas barajadas en Italia para expulsar a inmigrantes, el comisario recalcó que, los rumanos, desde la adhesión de su país a la UE, «tienen la misma libertad de circulación que otros ciudadanos de la Unión» y «en ningún caso pueden ser tratados de manera menos favorable que los otros».

La normativa europea, explicó, permite a los estados miembros negar el derecho de residencia a ciudadanos europeos inactivos y sin recursos suficientes, o expulsar a quienes supongan una amenaza real para la sociedad, pero sólo después de un análisis caso por caso y de acuerdo a los procedimientos previstos.

Entre tanto, los países miembros prevén aprobar hoy una versión del proyecto de directiva de retorno de inmigrantes ilegales endurecida en algunos aspectos para lograr el apoyo que le negaron hace una semana una decena de capitales reticentes. Fuentes oficiales dan por hecho que el texto se aprobará con las medidas más duras añadidas, aunque recordaron que en junio deberá consensuarse con la Eurocámara.