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Los militares que el jueves dieron un golpe de estado en Níger han acaparado todos los poderes, suspendido la Constitución, decretado el toque de queda, cerrado las fronteras terrestres y aéreas y mantienen detenido al presidente, Mamadou Tandja, sin que se sepa cuál puede ser su futuro, informó «Efe».

El país vivía desde hace varios meses en un clima de gran inestabilidad política tras la decisión del presidente de ampliar su mandato más allá de los dos períodos de cinco años establecidos por la Constitución. Tandja disolvió el Parlamento, que se opuso a sus intenciones, y destituyó a los miembros del Tribunal Constitucional que declararon ilegal la reforma de la Carta Magna. En agosto convocó un referéndum para aprobar la reforma, que ganó entre acusaciones de fraude.