Madrid, Agencias / L. M. S.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, aseguró ayer, al inicio de la VI Cumbre UE-América Latina y Caribe, que los países latinoamericanos ven «con mucha preocupación» el «trato discriminatorio» que sufren los inmigrantes en las naciones más desarrolladas, y pidió a sus socios europeos que no promuevan leyes discriminatorias.

Fernández, que intervino en representación del Mercosur, avisó de que no sería la primera vez que, «en momentos de crisis y desesperación social», las sociedades buscan culpables en «determinadas comunidades», y que ahora en los países desarrollados se ve a los inmigrantes como «adversarios o enemigos».

Los líderes reunidos en la cumbre acordaron en Madrid la creación de la Fundación UE-ALC, para fortalecer la asociación entre las dos regiones. Éste fue el único resultado concreto que dio el cónclave. De hecho, el presidente chileno, Sebastián Piñera, descendiente de asturianos, consideró insuficiente el balance de la cumbre y su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, reclamó «decisiones útiles» en las próximas citas del G-20 y que éstas no se limiten a meros intercambios de impresiones.

La cumbre cosechó también notables ausencias, como la de la canciller alemana, Angela Merkel, que se marchó tras la cena del lunes, y el «premier»· italiano, Silvio Berlusconi. No obstante, la UE y seis países de América Central (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) cerraron en la madrugada de ayer un acuerdo de asociación que será anunciado hoy en la cumbre UE-Centroamérica.