Londres

La insistencia del primer ministro británico, David Cameron, en caminar por Whitehall, el barrio del Gobierno, sin fuerte escolta policial, preocupa a los encargados de su seguridad. Esa insistencia, unida a la de conservar su Blackberry (igual que Barack Obama), le convierte en vulnerable a eventuales terroristas, ciberdelincuentes o simples locos, según funcionarios citados por el diario «The Times».

Según personas que conocen bien al líder «tory», a éste le molesta la continua presencia en sus proximidades de agentes de la policía y quiere escapar de esa burbuja de seguridad, informa «Efe».

Los Cameron no han ocupado la residencia oficial del 10 de Downing Street y el ministro de Finanzas, George Osborne, y su esposa son también reacios a dejar su domicilio privado de Notting Hill y trasladarse al número 11 de esa misma calle.