Nueva York / Moscú / Oviedo,

Agencias / L. M. S.

La próxima presa de Wikileaks será un gran banco norteamericano, y la filtración llegará a principios del año que viene. Así lo anunció a la revista «Forbes» el fundador del portal, Julian Assange, en una entrevista concedida días antes de la filtración de 250.000 cables diplomáticos que mantiene en jaque al Departamento de Estado norteamericano desde el domingo.

«Tenemos una "megafiltración" relacionada con un banco. No es de la dimensión del material de Irak, pero se trata de decenas o de cientos de miles de documentos», explica el australiano, contra el que la justicia sueca ha dictado una orden de búsqueda y captura internacional por un presunto delito de violación, y al que Ecuador ofreció ayer refugio.

Assange no revela qué entidad financiera será la próxima víctima de Wikileaks ni qué tipo de «malas prácticas» dejará al descubierto la filtración, pero compara sus contenidos con los correos electrónicos que salieron a la luz durante el juicio del «caso Enron», la compañía de EE UU que protagonizó uno de los mayores fraudes empresariales de la historia, informa «Efe».

«Se le podría llamar el ecosistema de la corrupción, pero también se trata de toma de decisiones habituales, en las que se hace la vista gorda y se apoyan prácticas poco éticas», explica sobre la próxima filtración el fundador de la web, que cuenta a su interlocutor que se ha teñido el pelo porque «le siguen».

Con la nueva «megafiltración», Wikileaks «dará una visión verdadera y representativa de cómo los bancos se comportan a nivel ejecutivo», aunque Assange admite que no tiene muy claro qué pretende con ello: «Estimular las investigaciones y las reformas, supongo».

Pero revela que, además, el portal dispone de información «sensible» de otros sectores, como el farmacéutico y el energético. De éste, dice, Wikileaks tiene «de todo», incluidos documentos de la petrolera británica BP, la causante del vertido de crudo en el Golfo de México, el mayor desastre natural en la historia de Estados Unidos.

La web volvió a denunciar ayer un ataque a sus servidores, el segundo después de que la página quedase bloqueada el pasado domingo, horas antes de que comenzara la masiva filtración de cables de la diplomacia norteamericana. El procedimiento fue el mismo: un ataque de denegación de servicio (DDoS, por sus siglas en inglés).

Y, mientras tanto, la difusión de los mensajes entre el Departamento de Estado y las casi 300 embajadas, consulados y misiones norteamericanos en todo el mundo siguió generando reacciones de «solidaridad» con Estados Unidos y de condena a su «incompetencia».

De este último tenor fue la de la líder del movimiento ultra «Tea Party», Sarah Palin, quien denunció la ineptitud de la Administración de Barack Obama en la gestión de este «gran fiasco». Palin negó a Julian Assange la condición de periodista y le tachó de activista «anti americano con sangre en sus manos».

De la misma opinión fue el ex presidente George W. Bush, quien pidió que Assange sea procesado. «Las filtraciones son muy dañinas, y en algunos casos va a ser muy difícil mantener la confianza de líderes extranjeros», vaticinó.

Pero no, por lo que parece, la de los rusos. «Creo que nuestros lazos son lo bastante fuertes como para que no se pongan en peligro por estas cosas», explicó el portavoz presidencial Arkadi Dvorkovich.

Entre los cables filtrados figura uno en el que la Embajada norteamericana en Moscú compara al primer ministro, Vladimir Putin, como un «macho alfa» y le considera el «Batman» de la pareja que forma con el presidente, Dmitri Medvédev, que sería «Robin». Otro cable prueba que la legación de Tbilisi sabía que Georgia invadiría Osetia del Sur en agosto de 2008, lo que desató una guerra con Rusia.