Madrid, Agencias

España no podría aportar a las tropas aliadas su buque insignia, el portaaviones «Príncipe de Asturias», aunque quisiera. La razón es que el navío, anclado en el puerto gaditano de Rota, no está operativo para el combate.

El «Príncipe de Asturias» ha sido una víctima más del duro ajuste impuesto al gasto público español. Como consecuencia de los recortes en el presupuesto para el mantenimiento de la Armada, diversas reparaciones pendientes han tenido que ser aplazadas, entre ellas, la de su radar tridimensional.

En caso de que se hubiera encontrado operativo, el portaaviones hubiera tardado una semana en estar listo para integrarse en la operación aliada y se desplazaría escoltado por la una fragata del tipo F-100.