Oviedo / Washington,

L. MUÑIZ / Agencias

Mitt Romney y Rick Santorum dirimían anoche en Arizona y Michigan el empate a cuatro victorias que hasta ahora mantienen en su particular pugna por hacerse con la candidatura republicana a las presidenciales del próximo noviembre.

Según los sondeos, el favorito para ganar en Arizona era el ex gobernador de Massachusetts. En Michigan, sin embargo, la contienda estaba mucho más igualada; y ello a pesar de que es el Estado natal de Romney y una de las plazas que ganó con comodidad a John McCain en las primarias de 2008.

A tenor del promedio de encuestas que ofrecía anoche el prestigioso sitio web Real Clear Politics, en Arizona, Romney tenía una ventaja sobre Santorum de 15,5 puntos porcentuales. El ex gobernador, incluso, cuenta con el apoyo de la gobernadora, Jan Brewer, por lo que su triunfo se daba por asegurado.

En Arizona estaban en juego 29 delegados a la convención nacional que el próximo agosto elegirá al rival de Barack Obama. Sólo uno más estaba en disputa en Michigan, que, sin embargo, es el Estado en el que los dos principales contendientes en la carrera por la nominación republicana -en la que también siguen Newt Gingrich y Ron Paul- centraron sus esfuerzos los últimos días.

Aquí, los sondeos daban casi un empate. El ex gobernador sólo le sacaba 1,5 puntos al ex senador por Pensilvania, al que, en un intento por desnivelar la pugna, acusó de buscar el voto demócrata.

Hasta ahora, Romney ha ganado en Nuevo Hampshire, Florida, Nevada y Maine, y Santorum en Iowa, Minnesota, Colorado y Misuri. Además, Newt Gingrich ganó en Carolina del Sur.

No obstante este empate en victorias, Romney tiene ya en su haber casi el triple de delegados a la convención que Santorum, que es lo que al final importa. Para ser elegido candidato es necesario obtener un total de 1.144 delegados, y la mitad de ellos serán asignados el próximo 6 de marzo en el «supermartes», cuando diez estados celebran elecciones primarias o «caucus». Ésta será la prueba de fuego para ambos. Romney parece contar con los grandes apoyos y las grandes fortunas, pero no acaba de conectar con las bases conservadoras; especialmente con el Tea Party, al que el «ultra» Santorum resulta más próximo.