El detenido por el tiroteo de este lunes en una universidad de Oakland (California), que causó siete muertos y tres heridos, estaba enfadado con una empleada y con los estudiantes porque se metían con él y no le trataban "con respeto", dijeron hoy fuentes policiales.

El detenido, One Goh, de origen coreano y exalumno de la universidad, admitió su culpabilidad y vinculó los hechos con el trato dispensado por una empleada en concreto de la universidad Oikos, cuyo nombre no ha trascendido por ahora, dijo el jefe de la Policía de Oakland, Howard Jordan. Jordan añadió que la empleada no se encuentra entre las víctimas.

"Creemos que ninguna de las víctimas eran las personas que se metían con él", apuntó Jordan, quien dijo que el sospechoso admitió que quería regresar al centro e "infligir dolor". Goh, de 43 años, abandonó la universidad en noviembre por causas que no se conocen por ahora.

Según dijo a los investigadores, no estaba satisfecho con la clase a la que estaba apuntado y sentía que sus compañeros no le trataban como a uno más y que en los últimos tiempos incluso no le dirigían la palabra y le ignoraban.

Goh, nacionalizado estadounidense, se entregó una hora después del tiroteo en la universidad Oikos, que imparte materias relacionadas con la religión, la música, la enfermería y la medicina asiática, según su página oficial.

De las siete personas que fallecieron, cinco de ellas lo hicieron en el lugar del crimen y otras dos en el hospital. Los heridos se encuentran en situación estable. La policía confirmó que las víctimas son seis mujeres y un hombre, con edades entre los 20 y los 40 años.

Goh entró en una de las aulas del centro educativo y ordenó a los alumnos que se pusieran contra una pared antes de desenfundar una pistola semiautomática.

El detenido abandonó el lugar y se trasladó en su automóvil hasta un supermercado de la localidad de Alameda, a unos 10 kilómetros de la universidad, donde anunció que había disparado a varias personas y que debía ser detenido.

Un guardia de seguridad lo detuvo hasta la aparición de la policía.

La matanza de este lunes es el peor suceso de este tipo en la bahía de San Francisco desde el asesinato de ocho personas en julio de 1993 en un tiroteo efectuado por un hombre en las oficinas de una firma de abogados antes de suicidarse.