Oviedo / París,

L. M. S. / Agencias

Nicolas Sarkozy no dudó ayer en atribuir la «crisis de confianza» que a su juicio padece España a los siete años de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En un contexto plenamente electoral, la presentación de su programa económico para las presidenciales francesas de los próximos 22 de abril y 6 de mayo, el candidato conservador a la reelección advirtió a sus compatriotas de que votar al aspirante socialista, François Hollande, es colocar a Francia en «la situación que han conocido los griegos y ahora atraviesa España».

Sarkozy, que en el pasado felicitó tanto a Zapatero como a Mariano Rajoy por sus reformas, se olvidó ayer de que es el jefe del Estado francés y, centrándose exclusivamente en su papel de candidato, llamó al «realismo» y a huir del «festival de gastos» que promete Hollande. Y, para ello, no le dolieron prendas en decir que algunos socios europeos -se refirió, en concreto, a los «amigos» de Grecia y España- «están al borde del precipicio» por no haber sido capaces de cumplir sus compromisos.

«No hay un francés que desee la situación que han vivido los griegos y ahora vive España», dijo en la rueda de prensa ante más de 400 periodistas de todo el mundo en la que presentó el paquete de medidas económicas con el que concurrirá a las urnas con el objetivo «imperativo» de que Francia «retome el control de su destino», equilibrando sus finanzas, informa «Efe».

En esa comparecencia, en la que además presentó una «carta al pueblo francés» en la que recopila sus valores de «trabajo, mérito, austeridad y autoridad», sostuvo que aspira a «construir una Francia lo suficientemente fuerte como para proteger a los franceses».

De los 53.000 millones de euros de ahorro necesarios para alcanzar ese equilibrio, tres cuartas partes deberán proceder de los gastos y el cuarto restante, de los ingresos, detalló Sarkozy, precisando que en ese recorte deberán colaborar tanto el Estado como la Seguridad Social y los municipios y regiones.

Su programa «realista» contrasta con el «festival de gastos» que presenta Hollande y de los que, según él, «nadie sabe cómo serán financiados». Sarkozy supera al socialista en los sondeos de la primera vuelta, pero no así en los de la segunda, que dan vencedor a Hollande.

«Durante cuatro años el mundo ha vivido una sucesión de crisis. Yo he aprendido la lección», prosiguió el presidente, que anunció que, si es reelegido, solicitará a la UE la congelación de la aportación francesa al presupuesto comunitario, lo que ahorraría al país 600 millones de euros al año, y añadió que someterá a votación a partir del verano la llamada «regla de oro» que vela por el equilibrio presupuestario.

Sarkozy colocó la competitividad en el «corazón» de su proyecto económico, sustentado también por otras apuestas «ineludibles» como la innovación. Y a la competitividad, precisamente, se refirió su rival socialista para advertir de que el candidato a la reelección tiene un «proyecto escondido» en el que se incluyen modificaciones en el derecho laboral en detrimento de la negociación colectiva.

Según Hollande, Sarkozy pretende imponer los llamados acuerdos de competitividad, que suponen que la negociación sobre salarios y otras cuestiones se lleven a cabo dentro de cada empresa y no a nivel sectorial. La consecuencia es «trabajar más para ganar menos», afirmó el líder socialista.

Además, Hollande anunció que si gana, su Gobierno tendrá igual número de hombres que de mujeres.