Los dos principales candidatos a las elecciones presidenciales francesas del próximo domingo, el conservador Nicolas Sarkozy y el socialista François Hollande, prometieron dar la mejor respuesta a la crisis económica y preservar la «grandeza» de Francia.

En un multitudinario mitin ante cien mil personas en París, el candidato a la reelección aludió a la gravedad de la situación y prometió abrir un debate sobre el papel del Banco Central Europeo para apoyar el crecimiento en la eurozona.

Por su parte, Hollande prometió en otro mitin una Francia «más fuerte que los mercados» y subrayó que el voto de los franceses decidirá también el destino y el rumbo de Europa.

Los últimos sondeos vaticinan que François Hollande ganaría en la segunda vuelta por un margen de nueve a catorce puntos.

«La situación de Europa y del mundo no nos da derecho al error», declaró Sarkozy en la Plaza de la Concordia, subrayando que la elección que tendrán que hacer los franceses «jamás ha conllevado consecuencias tan graves», en alusión a la crisis. En un mitin junto al castillo de Vincennes, al este de París, Hollande pidió un «juicio severo» sobre «las promesas no cumplidas y fracasos no asumidos» de su rival.