Nueva York / Damasco

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer el envío urgente de una misión de 300 observadores militares desarmados a Siria y libertad total de movimiento para ellos, pese a que violencia persiste y no se ha logrado respetar el alto el fuego prometido.

Ante las violaciones de la tregua -sólo el miércoles murieron 46 personas-, el rebelde Ejército Libre Sirio reclamó la formación de una alianza militar de sus países aliados que intervenga de forma puntual en el país.

El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, pidió reforzar la misión de observación con medios terrestres y aéreos que permitan llevar a cabo las tareas que tiene encomendadas.

La ONU y el Gobierno de Bachar al Asad firmaron ayer en Damasco el acuerdo que sentará las bases para el despliegue de los observadores que supervisarán el alto el fuego en el país. La ONU se felicitó de este primer avance, pero advirtió de que «la parte difícil viene ahora: un auténtico diálogo político» entre los propios sirios.