El Cairo, Agencias

Los egipcios están llamados hoy a las urnas en una elección histórica para votar libremente al primer presidente democrático del país, en una cita que supone el inicio de una nueva etapa que, tras los comicios, debería seguir con la renuncia al poder de la junta militar que gobierna el país desde la caída de Mubarak, en febrero del año pasado.

El Ejército se desplegó ayer en torno a los colegios electorales para garantizar que los comicios -cuya primera vuelta se celebrará hoy y mañana- sean «limpios y transparentes», tal como se comprometió ayer el generalato.

Unos 50 millones de ciudadanos tienen derecho a voto en la primera ronda de votación, que será controlada por 12.509 jueces y supervisada por 9.534 miembros de organizaciones de la sociedad civil locales y 243 de tres grupos extranjeros, incluido el Centro Jimmy Carter.

La junta militar, que ha prometido abandonar el poder el 30 de junio, aseguró que sus tropas están preparadas para garantizar la seguridad de las presidenciales y amenazó a quienes no respeten los resultados. El general Mohamed al Asar dijo que el Ejército actuará «con firmeza» contra cualquiera que perjudique el orden público.

La competencia entre los candidatos promete ser muy reñida. Entre los mejor situados en los sondeos, en el grupo de los laicos, está el ex secretario general de la Liga Árabe Amro Musa. Entre los islamistas destacan el moderado Abdelmoneim Abul Futuh y el aspirante de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi. Coincidiendo con la víspera de los comicios, un tribunal condenó a cinco policías a diez años de prisión por su responsabilidad en la muerte de manifestantes durante la revuelta contra Mubarak. Es la primera vez que la justicia egipcia impone a agentes policiales una condena tan larga.