Washington, Agencias

El presidente EE UU, Barack Obama, está decidido a usar sus poderes ejecutivos para actuar contra la violencia causada por las armas de fuego, según advirtió ayer su vicepresidente, Joe Biden.

En el comienzo del proceso de consultas con víctimas, vendedores de armas y todo tipo de grupos relacionados con el problema, Biden dejó claro que «el presidente actuará» si es preciso mediante decretos ejecutivos, un poder discrecional con fuerza de ley que no pasa por el Congreso aunque debe tener base en decisiones legislativos anteriores.

Cada año unas 100.000 personas sufren en EE UU heridas de bala en tiroteos, accidentes o intentos de suicidio con armas de fuego, y casi 30.000 mueren en incidentes relacionados con esos artefactos. Tras la matanza del 14 de diciembre en una escuela de Newtown (Connecticut), donde murieron 28 personas, incluidos 20 niños, Obama encomendó a Biden poner en marcha un grupo de trabajo que deberá presentar propuestas contra la violencia por armas de fuego antes del 31 de enero.

Obama sigue, mientras, perfilando el Ejecutivo de su segundo mandato. Los medios estadounidenses afirmaron ayer que el presidente nombrará esta semana a su jefe de gabinete, Jacob («Jack») Lew, como secretario del Tesoro en sustitución de Timothy Geithner.

Si es confirmado por el Senado, Lew ocupará un puesto clave en el nuevo Gobierno y deberá enfrentarse a los inminentes debates sobre el recorte del gasto público, la reforma fiscal y la urgente necesidad de aumentar el techo de endeudamiento. A diferencia de Geithner, con un amplio conocimiento del mundo financiero de Wall Street por su pasado como director de la Reserva Federal de Nueva York, Lew es visto como un especialista en presupuestos, además de ser un hombre muy cercano al presidente.

En el plano exterior, el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, aseguró ayer que Obama está evaluando la posibilidad de retirar todas las tropas de Afganistán una vez completada la transferencia de seguridad en 2014, pese a que el Pentágono ha aconsejado mantener miles de soldados en el país más allá de esa fecha.