El presidente de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, inauguró ayer el nuevo canal de Suez, una magna obra de ingeniería de 35 kilómetros de longitud, ejecutada en el plazo récord de un año entre amenazas terroristas de todo tipo. El nuevo canal reduce el trayecto en 7 horas -de 18 a 11- y al ampliar la capacidad de la vía permite circular en los dos sentidos. El canal de Suez enlaza el Mediterráneo con el mar Rojo y el océano Índico y evita tener que rodear África para alcanzar las costas asiáticas.

Además del nuevo canal, se ha hecho una ampliación de 37 kilómetros del antiguo trazado, abierto hace siglo y medio tras unas obras de diez años (1859-1869) en las que murieron unos cien mil trabajadores. El coste total de la infraestructura inaugurada ayer ha sido de 7.900 millones de euros y, gracias a ella, Egipto aspira a doblar largamente en menos de 10 años sus ingresos por el uso del canal, pasando de los 4.850 millones de euros de 2014 hasta unos 12.000 millones en 2023.

Al Sisi convirtió la inauguración en un acto de afirmación antiislamista en el que el invitado de honor fue el presidente francés, François Hollande, y que también contó con la presencia del primer ministro ruso, Dmitri Medvedev; su homólogo griego, Alexis Tsipras, o la ministra de Fomento española, Ana Pastor. Al Sisi calificó el nuevo canal de "regalo al mundo".