El Papa Francisco se presentó ayer en EE UU como un "hijo de familia de inmigrantes" y delante de su presidente, Barack Obama, instó a admitir que "el sistema" de vida vigente genera millones de excluidos. El pontífice, que nunca antes había estado en este país, recordó a Obama, con quien se reunió en la Casa Blanca, que él mismo se considera un hermano de EE UU y que la civilización actual atraviesa un "momento crítico". Ademas, como Obama, se mostró preocupado por el problema del cambio climático.

"Sabemos que las cosas pueden cambiar", dijo Bergoglio en una critica al daño causado al planeta por un sistema económico que sobreexplota sus recursos, beneficia a unos pocos y "excluye" a millones. Esas palabras fueron recibidas con admiración en el Partido Demócrata y escepticismo en medios republicanos.

Francisco recordó que irá el próximo fin de semana a Filadelfia para participar en el VIII Encuentro Mundial de las Familias. Una parada que fue la primera que el Vaticano confirmó dentro de su periplo por EE UU, que, al igual que el que acaba de concluir en Cuba, estuvo influido por el anuncio de la reanudación de las relaciones entre Washington y La Habana. Además, el pontífice elogió a Obama por los esfuerzos hechos recientemente para "reparar las relaciones rotas" y "abrir nuevas puertas de cooperación" en la humanidad.

Que no se repitan

Tras su visita a la Casa Blanca, donde el Papa se sentó con Obama en el Despacho Oval, el Papa partió hacia la catedral de San Mateo donde mantuvo un encuentro con los obispos estadounidenses, a los que advirtió que los crímenes de abuso sexual a menores por parte del clero nunca deben repetirse, y después ofició una multitudinaria misa en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción.

Horas antes, el pontífice dijo en el avión que le llevaba de La Habana a Washington que no se vio con miembros de la disidencia porque no tenía previsto dar audiencias "a nadie" y que no tuvo conocimiento de que hubiera habido detenciones de opositores. También dijo en el avión que espera que EE UU levante el viejo embargo comercial sobre Cuba como resultado de las negociaciones entre los dos países, pero que no mencionará el asunto en su discurso ante el Congreso estadounidense de esta semana, sino que abordará "los acuerdos binacionales o multinacionales como signos de progreso".

"Mi deseo es que se llegue a un acuerdo que satisfaga a las partes", afirmó Bergoglio, que será el primer Papa en hablar ante el Congreso de Estados Unidos.

El Gobierno de Obama anunció el pasado viernes nuevas normas que alivian más el comercio con Cuba, pero se necesitaría una ley del Congreso para levantar el embargo que lleva activo 53 años.