António Costa, el líder del mayor partido opositor en Portugal, el Socialista (PS), afirmó ayer que está en condiciones de formar un Gobierno apoyado por el marxista Bloque de Izquierda y los comunistas, en detrimento de la coalición de conservadores y democristianos (PSD-CDS-PP), que fueron la fuerza más votada en las elecciones legislativas del pasado día cuatro.

"Hemos desarrollado contactos con diferentes partidos. Y juzgamos que existen condiciones para que haya, por parte del PS, una solución que beneficie y garantice la voluntad inequívoca expresada por los portugueses, que pidieron un cambio de política", dijo Costa después de reunirse con el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, en el Palacio de Belém, a las afueras de la capital, Lisboa.

El secretario general socialista dijo a la prensa que propuso a Cavaco Silva un bloque tripartito de izquierdas como opción estable de Gobierno, dando así por definitivamente finalizadas las negociaciones mantenidas con el centro-derecha, liderado por el primer ministro en funciones, Pedro Passos Coelho, en el poder desde 2011. En caso de que se cierre este pacto entre la izquierda moderada y la izquierda marxista, sería un hecho insólito en los cuarenta años de democracia portuguesa.

El PS, que se ha venido alternado en el poder en Portugal con el centro-derechista PSD, ha estado históricamente enfrentado con el Bloque y, sobre todo, con los comunistas del Partido Comunista de Portugal (PCP), de quien le separan cuestiones radicales como la pertenencia al euro o a la OTAN. En cualquier caso, el moderado Partido Socialista de Costa ha insistido estas últimas semanas en que, si lidera un Ejecutivo con la izquierda marxista, mantendrá los compromiso adquiridos con Bruselas a raíz del rescate, y en particular el de mantener el déficit portugués controlado.

No obstante, la decisión de quién forma Gobierno corresponde en Portugal al presidente de la República, Cavaco Silva en este caso, quien comparte filiación partidaria con el primer ministro saliente, Passos Coelho.

Si finalmente el jefe de Estado nombra a Passos Coelho primer ministro, como es previsible, ese nuevo Ejecutivo tendría que contar con la aprobación del Parlamento. Y es allí donde la izquierda moderada del PS (86 escaños), unida al Bloque (19) y a los comunistas (17) podría impedir, con una mayoría absoluta de 122 diputados del total de 230, que el nuevo Gobierno, que sólo cuenta con 107, tomase posesión. El PS obtuvo en las urnas el 32% de los votos, por detrás del 39 % de la alianza centro-derechista de Passos Coelho.