La presidenta del partido ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, denunció ayer que "Francia y los franceses ya no están seguros", y reclamó que el país recupere el control definitivo de sus fronteras y otras medidas como el cierre de las mezquitas radicales.

"Diga lo que diga la Unión Europea (UE), es indispensable que Francia recupere el control de sus fronteras nacionales definitivamente", indicó Le Pen en la sede del partido ultraderechista en Nanterre, a las afueras de la capital francesa .

Le Pen consideró que la cadena de ataques coordinados del viernes por la noche en París, que causaron la muerte al menos a 129 personas y más de tres centenares de heridos, son de una "crueldad inédita, que demuestra una nueva escalada en la violencia del terrorismo islamista".

"El fundamentalismo islamista debe ser destruido. Francia debe prohibir las organizaciones islamistas, cerrar las mezquitas radicales y expulsar a los extranjeros que predican el odio sobre nuestro suelo, así como a los clandestinos", añadió la líder ultraderechista.

Por su parte, François Fillon, que fue el primer ministro de Francia entre los años 2007 y 2012, durante la estancia de Nicolas Sarkozy en el Elíseo, llamó a la unidad de los partidos frente al yihadismo, aunque admitió que los bombardeos de su país en Siria invocan de manera "natural" respuestas terroristas.