La Unión firmaron hoy un acuerdo de libre comercio que se conoce como CETA, acrónimo en inglés de "Comprehensive Economic and Trade Agreement".

El pacto se desarrolla en 13 capítulos repartidos en 1.598 páginas y Bruselas y Ottawa estiman que tendrá un impacto anual de 12.000 millones de euros para la UE, con 508 millones de habitantes, y de 8.000 millones para Canadá, con 35 millones de residentes. Estos son los principales aspectos del acuerdo.

- HISTORIA: La Comisión Europea (CE) y el Gobierno de Canadá empezaron a negociar en mayo de 2009. Se llegó a un acuerdo en 2014 y el Ejecutivo comunitario hizo público el acta de negociación en agosto de 2015.

- CONTEXTO: La UE es el segundo socio comercial para Canadá, tras Estados Unidos, mientras que Canadá ocupa el puesto número 12 para la UE, que en 2014 exportó a ese país bienes por valor de 31.700 millones de euros y absorbió bienes canadienses valorados en 27.400 millones. Los países de la UE y Canadá son socios en la OTAN, la OCDE y la OSCE, entre otros.

- CLAVES: El CETA reduce las tasas aduaneras para un gran número de productos y estandariza normas para favorecer los intercambios y para cambiar profundamente las relaciones comerciales entre dos territorios altamente desarrollados.

Canadá gana mayor y mejor acceso a un mercado de 500 millones de personas, con ventajas para sus empresas que no tienen otras grandes potencias económicas como Estados Unidos o Japón.

Las europeas se ahorrarán más de 500 millones de euros al año en aranceles y aumentarán su cuota de acceso a las licitaciones públicas en Canadá, en mercados como las telecomunicaciones, la energía o el transporte.

El tratado eleva gradualmente las cuotas europeas para productos agrícolas de Canadá y homologa recíprocamente las regulaciones de productos como maquinaria industrial, equipos de radio, juguetes o equipos de medición.

La protección de las patentes europeas en Canadá pasa de 20 a 22 años, se refuerzan los derechos de autor, mejora la convalidación de títulos universitarios y profesionales y facilita la expatriación de trabajadores.

- FUERA: no entran en el CETA los servicios sanitarios, sociales o la educación, y se aplican restricciones a otros como el audiovisual. Tampoco permite la exportación canadiense de organismos genéticamente modificados (OGM) o ternera tratada con hormonas.

- CRÍTICAS: Movimientos de izquierda y antiglobalización han criticado el CETA, entre otras cosas, por la opacidad con la que se negoció. Lo consideran "el caballo de Troya" del acuerdo TTIP que se discute con Estados Unidos y le achacan que beneficia a las multinacionales y no a los ciudadanos.

El ámbito que más desconfianza ha generado es el de los arbitrajes del denominado Investment Court System (ICS), un sistema privado de administración de Justicia entre inversores y Estados con el que se pretende estandarizar interpretaciones y acelerar las decisiones.

Ante la reticencia que suscitaban los arbitrajes, se decidió que fueran la UE y Canadá quienes eligiesen a los jueces, se reforzaron además los códigos de conducta y se introdujo el derecho de apelación.

Respecto a los Estados de la UE, más allá del bloqueo de la región belga de Valonia al CETA, Rumanía y Bulgaria reclamaron reciprocidad en la política de visados; Eslovenia y Hungría temían que los jueces de los arbitrajes no conocieran sus sistemas legales; Grecia se quejó porque no se respetaba la denominación del queso Feta y el Constitucional alemán aún no ha dicho su última palabra.

- CALENDARIO: El Parlamento Europeo lo aprobará el próximo 17 de enero, y automáticamente se aplicará al 95 %. Para estar plenamente vigente tendrán que ratificarlo los Parlamentos de los Veintiocho Estados miembros. Una tarea que se augura larga e incierta, además de inédita.