La secretaría de Defensa de EE UU, dirigida por el general James Mattis, anunció ayer que enmendará el presupuesto actual para elevar el gasto militar y acelerar la lucha contra los yihadistas del Estado Islámico. Las enmiendas, que se presentarán antes del 1 de marzo, pretenden corregir "carencias" en la capacidad de reacción de las Fuerzas Armadas, según un documento firmado por Mattis.

El Pentágono admitió que los cambios conllevarán una elevación del gasto y anunció que comenzará a trabajar de inmediato en una propuesta presupuestaria para el ejercicio de 2018 que incluirá más compra de municiones, más gasto en bases y un aumento del número de tropas. Asimismo, Defensa ha prometido una estrategia integral hasta 2023, para "fortalecer la letalidad de todas las fuerzas conjuntas contra competidores grandes y para aumentar la efectividad contra un amplio espectro de amenazas potenciales".

En el Congreso, los republicanos optaron ayer, de modo inusual, por cambiar las reglas para desbloquear la confirmación de dos secretarios, que estaba siendo bloqueada por los demócratas mediante la ausencia de sus senadores de las correspondientes comisiones. Los republicanos optaron por dar el visto bueno a los candidatos de Sanidad y del Tesoro, Tom Price y Steven Mnuchin, pese a no estar presente ningún senador demócrata. Ambos deberán ahora ser confirmados por el pleno del Senado, como ayer lo fueron, tras más de una semana de deliberaciones y pausas, los candidatos a la secretaría de Estado, Rex Tillerson, y a la Fiscalía General, Jeff Sessions. Por otra parte, dos senadoras republicanas anunciaron que se opondrán a la nominación de la multimillonaria Betsy DeVos como secretaria de Educación, gesto sin precedentes en el actual proceso, y que generaría un empate que deberá ser roto por el vicepresidente Pence, presidente del Senado.

Mientras, sigue coleando con fuerza el "veto islámico" impuesto la pasada semana por el presidente Trump. Unos mil diplomáticos, número inusualmente alto, firmaron un documento presentado ante el departamento de Estado para protestar por la congelación durante 90 días de los visados de entrada a ciudadanos de siete países islámicos.