El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, avisó ayer a Corea del Norte de que es mejor "no poner a prueba la determinación" que Donald Trump ha demostrado tener en los recientes ataques ordenados en Siria y Afganistán.

"Derrotaremos cualquier tipo de ataque y haremos frente a cualquier provocación nuclear o de misiles con una respuesta apabullante", advirtió Pence tras reunirse ayer en Seúl con el presidente surcoreano en funciones, Hwang Kyo-anh.

El viaje del "número dos" de Trump tiene lugar en un momento de máxima tensión con Corea del Norte, después de la nueva prueba de misil, que resultó fallida, realizada la víspera por el régimen de Kim Jong-un.

Pence quiso dejar muy claro que la "era de la paciencia estratégica" de Washington con Pyongyang "se acabó" con la llegada de Trump a la Casa Blanca. "Queremos lograr (una solución a la actual crisis) por medios pacíficos. Aun así, todas las opciones están sobre la mesa", avisó. También instó a China a ejercer un papel más activo para "lidiar" con el régimen norcoreano. Pekín, por su parte, llamó a "evitar provocaciones".