La oposición venezolana subió ayer el tono de sus protestas con la organización de una macromarcha, que fue secundada masivamente en Caracas y Maracaibo. Tanto de día como de noche, tomaron las calles voces contrarias al Gobierno de Maduro, que respondió con la convocatoria de otra manifestación de fieles y con represión. "Hay muchísima tensión", reconoce el gijonés José Antonio Escalera, residente en Venezuela. "Había mucha expectativa con la marcha y se esperaba que sucediese algo similar al golpe de 2002", cuenta a LA NUEVA ESPAÑA.

"Todavía ahora está la Guardia Nacional desmontando las barricadas", decía este asesor fiscal de camino a su trabajo. La oposición ha convocado para hoy una nueva manifestación frente a la que Maduro se muestra "crispado" y que supondrá el principio de una escalada de violencia. "Hay ruido de sables en el Gobierno. Dicen que hay un golpe de Estado y ya han detenido a algunos militares. El discurso del presidente es incendiario", comenta Escalera. Los asturianos en Venezuela esperan que en las próximas horas o días se convoquen elecciones de gobernadores "para aliviar la situación", pero Maduro seguirá sin ceder "ni un milímetro".