La cabeza del "Podemos francés" volvió a dejarlo claro al saludar la elección de Macron advirtiendo que "el programa del nuevo monarca es conocido: la guerra contra las conquistas sociales del país y la irresponsabilidad ecológica". Para Mélenchon, quien pidió votar contra Le Pen sin decir cómo, ayer quedó constancia de que "nuestro país ha rechazado masivamente a la extrema derecha, porque es extraña a la identidad republicana de Francia". Como todos, el líder de la izquierda radical mira ya a las elecciones legislativas de junio sobre la base de los siete millones de votos que le dieron el cuarto puesto en la primera vuelta de las presidenciales.

Esa es también la cita en la que la derrotada Marine Le Pen espera resarcirse. Anoche, al asumir su fracaso en las urnas anunció una "profunda renovación" del FN para "crear una nueva fuerza política". Ante sus simpatizantes reunidos en París, la candidata de la extrema derecha, que obtuvo algo menos del 35 por ciento de los sufragios agradeció el apoyo de "los 11 millones de electores patriotas" que la votaron, el mejor resultado histórico del partido que fundara su padre

Marine Le Pen aseguró que será ella quien encabece "el combate de las legislativas" de junio próximo, en las que tratará de reunir a "todos aquellos que quieren optar por la preferencia francesa". Para esa cita la receta básica es ya conocida y volverá a plantear el dilema entre "mundialistas y patriotas".

El alivio de Hollande

Uno de los mensajes más nítidos de alivio por la dura derrota de la candidata de la extrema derecha fue el del presidente saliente, el socialista François Hollande. En un comunicado público, dejó constancia de que la "amplia victoria" de Macron "confirma que una gran mayoría de nuestros conciudadanos han querido unirse en torno a los valores de la República y marcar su compromiso tanto con la Unión Europea como con la apertura de Francia hacia el mundo".

Hollande, quien habló por teléfono con el nuevo jefe del Estado al que traspasará los poderes el próximo fin de semana, dijo haberle mostrado "todos sus deseos de éxito" para Francia con el objetivo de que el país pueda encaminarse "hacia el progreso y la justicia social".

El mensaje oficial del Partido Socialista, el gran derrotado en estos comicios al no haber superado la primera vuelta y obtener unos pésimo resultados, lo dio su primer secretario, Jean-Christophe Cambadelis, quien dijo que los socialistas se sienten "orgullosos de haber contribuido a frenar el tirón nacionalista al haber pedido explícitamente el voto por Macron".

Los Republicanos, también fuera de juego a la primera, mostraron su satisfacción por haber "evitado lo peor con la derrota del Frente Nacional", pero agrupan fuerzas con vista a la cita política del mes próximo porque "queda todo por hacer ya que todo comienza con las elecciones legislativas".

"Lo que hemos hecho desde hace tantos meses no tiene precedente ni equivalente. Todo el mundo decía que era imposible. ¡Porque no conocían Francia!", afirmó Macron anoche en la explanada del Louvre, en un discurso cargado de emotividad ante decenas de miles de personas que celebraban su triunfo. Pero el mes próximo hay otra cita crucial para su desempeño como presidente y, por ello, Macron llamó a sus seguidores a conseguir "una mayoría del cambio" en las próximas elecciones legislativas.

Como reconocen los asesores más cercanos al nuevo presidente, que fundaron junto a éste el movimiento "En Marcha", el gran desafío para Macron comienza ahora, con las elecciones legislativas en lontananza, donde deberá conseguir un apoyo parlamentario que le permita poner en marcha sus reformas. Los candidatos que apoyen el proyecto "macronista" se presentarán a esos comicios bajo la nueva etiqueta "La República en Marcha".

El triunfo de Macron fue recibido con entusiasmo por miles de seguidores congregados junto al Museo del Louvre, en su abrumadora mayoría jóvenes que ven en el exministro de Economía una esperanza de renovar la anquilosada clase política francesa. Ante todos ello, con su mujer al lado, el nuevo presidente mostró su propósito de trabajar durante los próximos cinco años para ganarse la confianza de los electores que han votado "por los extremos".