Rusia interfirió "descaradamente" en las elecciones presidenciales norteamericanas del pasado noviembre, con el claro objetivo de "dañar" a la candidata demócrata, Hillary Clinton, y favorecer a Donald Trump. Así lo afirmó ayer sin rodeos el exdirector de la CIA John Brennan, que dirigió la agencia entre 2013 y enero de este año, en una audiencia pública ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

A su juicio, el Kremlin "interactuó" con el equipo de campaña del actual presidente, aunque Brennan no pudo confirmar que coordinaran sus esfuerzos para dañar la campaña de Clinton.

Rusia, además, llevó a cabo estas actividades a pesar de las "fuertes quejas y advertencias explícitas de que no lo hicieran" que, según Brennan, él mismo le trasladó a Alexander Bortnikov, jefe del servicio de seguridad ruso, el pasado mes de agosto.

"Encontré y fui consciente de la información y la inteligencia que reveló contactos e interacciones entre los funcionarios rusos y las personas estadounidenses involucradas en la campaña de Trump", dijo el exdirector de la CIA a los congresistas.

Entre tanto, ante el Comité de Fuerzas Armadas del Senado, el director nacional de Inteligencia, Dan Coats, evitó confirmar si el Presidente le presionó para que negara públicamente la existencia de pruebas de colusión entre su campaña y Rusia. Coats eludió la pregunta, pero no negó que el magnate le hiciese la petición. Y, en cualquier caso, de haber sufrido tal presión, añadió que sólo hablaría de ella con el recién nombrado fiscal especial Robert Mueller.

Según informó ayer el diario "The Washington Post", Trump exigió lo mismo al director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Michael Rogers. Y como Coats, también se negó a hacer lo que el magnate le pedía: cuestionar la investigación sobre la injerencia rusa que dirigía James Comey hasta que, el pasado día 10, Trump le destituyó como director del FBI. La sospecha de que el magnate intentaba obstaculizar las investigaciones con el despido de Comey motivó el nombramiento de Mueller.

Comey, que tenía fijada para hoy una comparecencia ante el Comité de Supervisión de la Cámara baja, ha decidido hablar primero con Mueller antes de testificar ante los congresistas que investigan la injerencia rusa.