Arabia Saudí pidió ayer a sus nacionales que abandonen Líbano "en el menor tiempo posible" y les aconsejó que no viajen a ese país, después de las acusaciones contra Riad por su supuesto papel en la crisis política libanesa.

La tensión ha aumentado en los últimos días entre Riad y Beirut, después de que el primer ministro libanés, Saad Hariri, renunciara a su cargo el pasado sábado desde Arabia Saudí, acusada por algunos grupos políticos en el Líbano de forzar dicha dimisión.

Su dimisión no ha sido aceptada por el presidente libanés, Michel Aoun, que espera su regreso al Líbano para conocer los motivos.

Cuando dimitió, Hariri denunció la preparación de un atentado contra su vida y criticó la injerencia iraní en los asuntos del Líbano, así como al grupo chií Hezbolá, ambos enemigos de Arabia Saudí.

La dimisión pone contra las cuerdas al frágil Gobierno libanés, formado en octubre de 2016 tras más de dos años de bloqueo, gracias a un pacto entre la plataforma política de Hariri y Hezbolá.