La dureza de las negociaciones entre los democristianos (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, sus socios bávaros de la CSU y los socialdemócratas (SPD) les obligó ayer a ampliar de nuevo el plazo límite que se habían fijado para alcanzar un acuerdo de gran coalición. Tras haber constatado el domingo, fecha tope en principio, que el acuerdo estaba aún lejos, ayer por la tarde fuentes conocedoras del proceso aseguraron de modo extraoficial que habrá que seguir negociando, como poco, hasta hoy, martes. Una colaboradora de Merkel aseguró que el diálogo no concluirá hasta la próxima madrugada.

Las partes acordaron seguir dialogando durante toda la noche pasada para resolver los dos principales escollos en los que se encontraban atascados: una reforma sanitaria que acorte la brecha entre los cuidados ofrecidos por los sectores público y privado, y la renegociación de las condiciones que regulan la contratación temporal.

Alemania se encuentra en manos de un Gobierno en funciones desde los comicios del pasado 24 de septiembre, en los que Merkel se impuso con una victoria insuficiente para garantizarse un cuarto mandato. La canciller fracasó en su intento de formar un tripartito con verdes y liberales y, ante las presiones recibidas para evitar una repetición de elecciones, los socialdemócratas renunciaron a su intención de pasar a la oposición e iniciaron el diálogo.

Una eventual gran coalición, que es rechazada por parte de las bases socialdemócratas, tendrá que ser sometida a votación de estas. Pero, además, divide profundamente a los ciudadanos, según ponen de manifiesto las encuestas. Un sondeo publicado ayer por el diario "Bild" aseguró que sólo la apoya un 47%.