El Movimiento Cinco Estrellas (M5S), ganador de las elecciones de marzo en Italia, no va a esperar a mañana para saber si tiene el apoyo del Partido Demócrata (PD) para negociar un gobierno de coalición. El líder de los antisistema, Luigi di Maio, pidió ayer la convocatoria de nuevos comicios, dando por seguro que la ejecutiva del PD, que se reúne el jueves, rechazará el diálogo. No en vano el ex primer ministro y exsecretario general del PD Matteo Renzi se ha mostrado contrario a la apertura de negociaciones con el M5S y aún tiene mucha influencia en el partido y en los diputados.

Así las cosas, Di Maio quiere que él y el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, el otro gran vencedor de los comicios (Renzi fue el gran perdedor), acudan juntos a pedirle al presidente de la Repúblico, Sergio Mattarella, que convoque nuevas elecciones en junio, a lo que el jefe del Estado seguramente se resistirá. Aparte de llamar de nuevo a las urnas, tiene otras dos opciones: un Ejecutivo en minoría u otro temporal presidido por una figura de alto perfil institucional.

En los actos del 1 de Mayo, los sindicatos italianos rechazaron de plano el adelanto electoral y, todo lo contrario, reclamaron con "urgencia" la formación de Gobierno para pedir mejoras en salarios y pensiones y luchar contra el desempleo.

El M5S intentó primero formar Gobierno con la coalición de derechas, pero fracasó porque sólo quería negociar con la Liga Norte de Salvini, excluyendo a la Forza Italia del ex primer ministro Silvio Berlusconi.