Los propietarios de los principales viveros de Asturias constatan que la venta de semillas y plantones ha subido de forma espectacular en los tres últimos años. Tanto, Óscar Bran, de Viveros La Lloba en Vegarrozadas (Castrillón), como Juan Carlos Fernández, que gestiona más de una hectárea de invernaderos en Murias de Candamo y una tienda en Grado, aseguran que el aumento de la demanda procede de los aficionados. «El típico señor que planta para consumo y mucha gente que quitó las flores y puso un huertín», señala Sánchez.

En su caso las ventas han crecido un diez por ciento en 2011. Llamativo también es el caso de La Lloba, hasta hace tres años auténtico centro de referencia para los aficionados a los frutales. «Hemos tenido que adaptarnos y traer otro tipo de plantas que nos piden cada vez más, en general todos los productos de huerta», indica Bran. Otro de los signos claros de la prosperidad que vive el sector es la apertura de nuevas tiendas en los últimos meses en puntos tan dispares de Asturias como Gijón, Avilés y Oviedo. Además, muchas de las personas que llegan pidiendo materia prima para iniciar un huerto son jóvenes. El caso es que los suministradores no dan a basto a despachar cebollín, planta de tomate, pimiento, pepino, calabacín, lechuga e incluso guisantes y legumbres como las fabas.