Los proyectos generados en Chiapas, gracias a la aportación asturiana, se asientan en sectores agroalimentarios como el cultivo de café y cacao, y se amplían a áreas como la producción de hules, elaborados con savia de plantas autóctonas, y a un plan estratégico para la recolección de plantas medicinales, solicitado por sesenta médicos tradicionales, entre otras cuestiones.

La conservación de la naturaleza de Chiapas es otro de los asuntos en los que se han centrado los trabajos de los grupos, tomando como ejemplo una visita a Somiedo que supuso la constatación de que si se conservan un espacio y la fauna, esa táctica se convierte en motor económico.